Una historia de la burbuja – Reyes # 9

 

Una historia de la burbuja, Por Juan Carlos Arias

Francisco R. cuando era joven fue albañil siguiendo la tradición familiar. En su pobre casa no sobraba nada. ‘Paco’ no aceptó el destino. Con treinta y tantos pensó que había trabajado muy duro. Se trasmutó en constructor y fortaleció su labia. Poco a poco cimentó un imperio y agrandó su familia numerosa. Su esposa se creyó que lo era de un ministro. Estrenaba trajes, regentó una boutique, paseaba en yate y conducía gama alta. Sus hijos estudiaron en la universidad lo que pudieron aunque los abandonos eran constantes. ‘Paco’, mientras, estaba a lo suyo. Malas compañías, excesos, desvaríos y el despilfarro le habituaron a pagar por sexo.

Hasta que un día topó con Adriana. Brasilera, aniñada, cariñosa, dulce, discreta. Fue un shock para el cincuentón. La sacó del prostíbulo fino. Le puso un apartamento, regaló un coche siendo imaginable el sueldo.

Imagínense cuando esta noticia llegó a la esposa de ‘Paco’. Le echó de casa y paseó su rabia entre amistades y familiares con nulo resultado.

Adriana, tierna como una novicia, no alcanzaba la veintena. Su propósito era hacer ‘las Europas’ en España. Segura de que ‘Paco’ pensaba con la entrepierna le relató una tragedia: su padre agonizaba en un hospital cercano a Brasilia esperando un fármaco. Le pidió ayuda a ‘Paco’ y raudo puso un fajo en la mesa. El amor se fortaleció. Semanas después era un hermano pequeño el que le contaminó el SIDA. El tratamiento no podía asumirlo la desdichada familia de la brasileña. ‘Paco’ ya pensó que tanta desdicha no era casual, ya que Adriana pedía 40.000 euros para solventar el futuro de su hermano.

Bien aconsejado ‘Paco’ contrató un detective que fue al hospital donde trataban al hermano de Adriana y lo fue su padre. Existía el centro pero ninguna visita ni estancia de ambos. El detective logró un documento hospitalario que negaba todo lo que Adriana afirmó para sacar tajada.

El regreso del detective, que disfrutó de las noches de Río aprovechando un transbordo, supuso el fin de Adriana y ‘Paco’. Ella literalmente desapareció una noche de blanco satén tras ser reprendida por ‘Paco’.

El ex albañil se quedó sin nada. Hoy sus hijos ni le miran, su esposa no le compadece y sus amigos no le saludan porque se arruinó cuando la burbuja estalló. ‘Paco’ repite penas en una taberna de su pueblo natal. Repite que un día vio la luz pero se apagó. No aprendió que ‘de la puta, la putada’.

Ni que cuando el dinero se va, nadie se arrima.

© Texto. Juan Carlos Arias  – Todos los derechos reservados
© Publicación.  Solo Novela Negra – Todos los derechos reservados

 

 

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