Tiempos de vino y novela negra por Beckett & Hawk

Y me acomodo en el tiempo que me ha tocado vivir, busco en los libros la libertad que ahora no tengo, la pena que me aflige y la ansiedad de verme perdido. Busco tras un buen libro de Kerr, Connolly, Mankell, Chandler, Burnett, o MacDonald liberarme de esa sensación que tengo de ausencia. Busco poder sumergirme en historias que me transportan a otras vidas y a otros problemas. Intento alejarme de ese dolor que me atenaza por dentro al saber que hay tantas vidas que se pierden en la nada, al comprobar que hay caminos que se cortan tras una barrera teñida de desesperanza.

Pero en esta época oscura tengo la luz de la literatura, tengo la compañía de mis novelas, esas que saben encontrarme en el más alejado de mis rincones, esas que saben de mí como yo sé de ellas, porque se han convertido en mi aliado perfecto, en la linterna que hace desaparecer esos fantasmas que nos agobian a todos. A través de ellas puedo entender que este encierro sirve para algo, sirve para aplacar esa rabia que me nace de la impotencia de comprender que no puedo hacer nada, sirve para borrar de la memoria que ni tan siquiera puedo acercarme a su hospital.

Pero necesito esas palabras, las necesito para transformar mi pensamiento en otros mundos lejanos que nos llenan de alivio y que nos invitan a sentirnos vivos. Porque la novela negra también tiene el don mágico de distraer nuestra mirada, de parar nuestros pensamientos por un instante, por un momento… y eso es mucho, y eso no tiene precio.

Hammett, Winslow, Rankin, Nesbo, Ellroy, Thompson… y otros tantos que en esas noches largas me vienen a visitar para trivializar la vida, para trivializar la muerte, y para sumergirme en el aquí y en el ahora, sin importar lo que pueda suceder mañana, porque el mañana nunca existió y nunca existirá.

Las palabras se enredan en el alma humana y enturbian tus sentidos como el buen vino cuando recorre tus venas, dejándote la sensación siempre agradable que todo se solucionará y que como héroes solitarios sabremos vencer a la oscuridad, como nuestros personajes de la novela negra acaban venciendo a los suyos, porque ellos siempre nos acaban enseñando que hay una salida allí donde no hay camino.

Vuelvo a mis libros, allí me siento bien, es un mundo donde reina la justicia, esa que tanto falta en esta realidad en la que ahora habito.

 

©Artículo: Beckett & Hawk, 2020.

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