Se acabó el juego

INÉS MUÑOZ AGUIRRE|Venezuela

Se acabó el juego

El ascensor llega al piso 13. Una frágil mujer entra en él. El marido sonríe aunque le molestan sus salidas con las amigas. Ella se despide. La puerta se cierra, se oye el sonido ronco de la guaya en descenso. Andrés toma una palanca oculta bajo la alfombra. Separa las puertas del elevador, como todos los días. La mujer grita, él ríe a carcajadas. Ella da golpes sobre la puerta. Se desespera. Toca la alarma, está desconectada. Andrés quita la palanca, el ascensor recobra el movimiento. Temblorosa sale en planta baja y se para frente al portal. Voltea hacia la ventana y le grita una grosería a Andrés quien la observa. Su codo tropieza la maceta que cae. Los pétalos de las flores se desprenden y vuelan libres. La vasija da precisa en la cabeza de la mujer. Un golpe seco retumba en la cuadra. Andrés ve desplomarse el cuerpo sobre la acera. Aplaude. Restituye la alarma.

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