‘Primavera cruel’- Reseña
‘Primavera cruel’ presenta un nuevo caso del inspector Trevejo, de Luis Roso. A través de esta reseña ofrecemos más detalles
Título
Primavera cruel
Datos publicación
Ediciones B. Barcelona 2018. 486 págs.
Datos del autor
Luis Roso (Moraleja, Cáceres, 1988) es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca, en Filología Inglesa por la Universidad Autónoma de Barcelona y posee un máster de Literatura Española e Hispanoamericana. Apasionado de la literatura, la historia, el cine y el deporte, actualmente trabaja como profesor de secundaria en la Comunidad de Madrid. Admira a Delibes, Cela, Ferlosio, Sender, Azorín, De la Serna, Aldecoa, Barea y Martín Santos.
Sinopsis de la obra
Primavera cruel es el segundo caso del inspector Ernesto Trevejo. La serie de género noir de Luis Roso que es al mismo tiempo un adictivo thriller y una mirada nueva sobre los años más duros del franquismo.
Madrid, años cincuenta. El inspector Ernesto Trevejo recibe el encargo de enfrentarse a un caso muy difícil: un hombre armado ha aparecido muerto en El Pardo, muy cerca del palacio donde reside Franco. ¿Se trata de un terrorista? ¿Un loco? ¿Puede ser una amenaza real? Una trama policíaca impecable que es, al mismo tiempo, un retrato fiel y alejado de los tópicos de la sociedad de la época. De la mano de un protagonista a la altura de los grandes del género, Luis Roso mantiene al lector literalmente pegado a las páginas de esta novela.
Reseña
Trevejo
Cuando un lector se encuentra con un personaje de novela negra capaz de encandilar ya desde sus primeras páginas, no puede evitar un guiño de felicidad, tanto por lo que ese personaje le regala, como por todo lo que le puede dar si su autor decide rentabilizarlos en nuevas entregas. Algo que, a poco que el personaje tenga buenos mimbres, suele producirse con cierta facilidad. Eso es lo que sentimos muchos la primera vez que nos encontramos con el inspector Ernesto Trevejo, allá por la novela Aguacero, y es lo que hemos vuelto a sentir al encontrarle en esta nueva entrega.
Las felicitaciones han de ser para Luis Roso, el padre de la criatura, un escritor amante de las buenas historias y de la literatura española del medio siglo, época en la que ha decidido situar las andanzas de este peculiar inspector. Peculiar porque tiene un carácter lo suficientemente independiente como para no comulgar con todas las ruedas de molino oficiales que exige su puesto, pero también flexible como para saber cuándo callar y asentir ante órdenes que está por encima de él.
Para todos aquellos que saben de las vicisitudes sociológicas de la novela negra, las ramas de Luis Roso van más allá de lo puramente investigador, en ellas hay un fresco social de la mitad de los cincuenta muy verosímil, y el franquismo se convierte en un personaje más que condiciona tanto la vida del protagonista como los propios acontecimientos. Así, la sombra del poder siempre está presente, y en concreto en esta novela se ciñe al asesinato de dos miembros de una célula comunista, muertos por encargo no se sabe bien de manos de quién.
Esa vertiente sociopolítica ya la encontramos también en la primera novela de Trevejo, y con ella debe lidiar el inspector, pero en esta ocasión las condiciones son aún más rígidas, ya que una de las víctimas ha aparecido en uno de los montes de El Pardo, con todo lo que eso conllevaba de posible amenaza para la salud, y la imagen, del Generalísimo. Eso sí, limitarnos a esa parte política sería como leer sólo la mitad de la novela, hay que rebuscar e ir mucho más allá, tal y como hará el inspector, para desvelar las verdaderas motivaciones del caso y las múltiples sombras que éste esconde.
Este lobo solitario seguirá su camino, y sus instintos, hasta las últimas consecuencias, y con él Luis Roso logrará meterse al lector en el bolsillo una vez más. Brillante hasta en la mesura.
Texto: © Antonio Parra Sanz, 2018.
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