Presentación de SOLAS de Javier Díez Carmona por Miguel Izu
Presentación de Solas, de Javier Díez Carmona
Miguel Izu
El pasado día 17 de febrero, en la librería Elkar Comedias de Pamplona, Javier Díez Carmona (Bilbao, 1969), en compañía del escritor navarro Carlos Ollo Razquin, presentó su última novela, Solas. Continúa con ella la saga que abrió con Justicia (2021) y que está protagonizada por Osmany, militar cubano jubilado y asentado en Bilbao.
Según Carlos, es una novela de más de cuatrocientas páginas «de medio fondo», arranca con tranquilidad, incluye una pequeña pausa poética al inicio de cada capítulo, una descripción lírica antes de pasar a la acción, con los sobresaltos dosificados y un progresivo enmarañamiento de la trama sin «sacar ningún conejo de la chistera», sin pistas engañosas ni trucos fáciles, hasta llegar a un final trepidante. «¿Cómo escribes?» Javier se confesó escritor de brújula, cuando comienza a escribir un libro no tiene un plan preestablecido, solo tiene su capítulo inicial y no sabe qué sucederá luego. En el caso de Solas, solo sabía que la acción transcurriría en el valle de Karrantza, el más occidental de Vizcaya, lindante con Cantabria y Burgos, una zona de montaña, de caseríos, con muy poca población y difícil acceso, cercana a Balmaseda, capital de Las Encartaciones donde él reside desde hace unos años. Estando en el alto de la Cueva de Pozalagua, con todo el valle a sus pies, se preguntó: «¿Y si en ese caserío aislado, allí arriba, entre la niebla, una mujer sola comienza a oír ruidos por la noche?». Y ahí arranca la novela. Solo sabía que quería meter a Osmany, el protagonista de Justicia, que le gusta mucho y que se le agigantó por su cuenta en la primera historia. Cada noche, en la cama, piensa en lo que ha escrito y mientras se va durmiendo imagina cómo continuar al día siguiente. «¿Tomas notas?», le preguntó Carlos; «No, si al día siguiente se me ha olvidado algo es que no era importante». El primer borrador le suele resultar una chapuza absoluta pero, luego, a base de corregir mucho, eliminar contradicciones, incongruencias, reestructurando muchas cosas, completa la novela. No recomienda su método a nadie, pero él se divierte así.
A partir de la idea inicial de Solas, se planteó hablar de la violencia contra las mujeres y del machismo de baja intensidad implícito en la pregunta que le hacen todo el tiempo a uno de los personajes: «¿Y no te da miedo vivir aquí sola?». Preguntado por Carlos sobre cómo ha sido ese paso de un ámbito netamente urbano, el Bilbao de Justicia, al entorno rural de Solas, Javier explica que como él dio el paso de irse de vivir de Bilbao a Balmaseda le apetecía ambientar la historia en ese entorno, pero esa decisión tiene consecuencias importantes, cambia el paisaje y cambia cómo es la gente, el tipo de crimen y el tipo de investigación también tenía que ser diferente. Le ha dado un ambiente más oscuro que la realidad del lugar, ya que es novela negra, pero sobre todo es determinante el aislamiento de los caseríos en un ambiente húmedo y frío.
Sobre el protagonista, Osmany, cuenta que inicialmente iba a ser un mero secundario en Justicia, el testigo de un crimen, pero fue creciendo, se rebeló, tenía «algo» y se empeñó en seguir saliendo. Al final le cayó muy bien, «Nos caímos bien, creo que yo también a él», y decidió darle protagonismo en más libros. En esta nueva novela recurrió a una excusa para llevarle a Las Encartaciones a investigar, junto con otro personaje de Justicia, la ertzaina Nekane Gordobil, que a su vez busca la ayuda de otra ertzaina destinada allí, María López Rutherford, con la que hizo amistad en la academia de Arkaute. Osmany tiene 67 años, se ha jubilado como capitán de las Fuerzas Armadas cubanas con las que estuvo en el Congo, Angola, Namibia o Nicaragua, su ética revolucionaria le impide abandonar a un compañero o dejar una misión sin concluir. Las dos ertzainas, otros dos personajes que le han ido creciendo, están de baja, tienen distintos problemas personales y motivaciones diversas que les llevan a ayudarle. Como la anterior novela, Solas es una historia muy coral, Javier dice que no es premeditado pero que le sale bastante natural, según escribe se va inventando personajes a medida que los va necesitando.
A la pregunta de Carlos de si la novela negra debe manchar, Javier dice que sí, que hay que meterse en el barro, tiene que decir algo, aparte de una buena trama ha de mostrar algo del subsuelo de la sociedad, debe dejar algo de poso en el lector. Apunta Carlos que Solas es una novela más nórdica («Sí, ”Euskandinava”, como dice Ibon Martín», replica Javier), más sórdida, le recuerda a Henning Mankell («Ojalá, ya me gustaría parecerme a Mankell»).
«¿Hay un boom de la novela negra vasca?», pregunta Carlos, «¿o es una burbuja?». Javier cree que es solo una moda o un sello, impulsado por los editores, pero que él no hace nada diferente a lo de otros autores que sitúan sus historias en otras zonas igualmente norteñas y lluviosas, desde María Oruña a Dolores Redondo, autores que hacen cosas muy diferentes entre sí. «Pero euskal noir es un sello que vende».
Solas es una novela con una trama que se completa y se cierra por completo, pero que tiene ya una continuación; dice Javier que al día siguiente de acabarla empezó ya a escribirla, y que su acción transcurre desde el día siguiente. «Quería seguir escribiendo sobre lo que estaba escribiendo y llevar a Osmany de vuelta a Bilbao, volver al Bilbao más oscuro y meterle en más líos a consecuencia de lo que ha sucedido en Solas».
A preguntas del público, reconoció que ambientar en el valle donde vive le ha pasado factura, no ha querido retratar a sus habitantes ni contar hechos reales, que allí pasan muchas cosas pintorescas, pero todos sus vecinos están empeñados en identificar a los personajes con personas reales. Sobre cómo meterse en la mentalidad de una mujer, Javier dice que trata de no hacerlo, no se cree capaz de hacerlo adecuadamente, prefiere no profundizar mucho en los personajes femeninos y cree que probablemente meta su propio punto de vista en lo que piensan las mujeres. No trata de hablar con la voz de la víctima, cuando es mujer, no se cree capacitado, sino tener empatía con ella pero narrando desde el punto de vista masculino. Sobre si aparte de escribir en la cama se documenta para escribir, dice que sí, pero que es muy vago y va poco más allá de Google.
Ficha
Solas
Javier Díez Carmona
Grijalbo, 2023
ISBN: 9788425362781
432 páginas, 15,5 x 23 cm, tapa blanda
Sinopsis
Agurtzane Loizaga, profesora de la universidad de Bilbao, se mudó hace poco con su pareja a un caserío de la comarca de Las Encartaciones. En ese baserri aislado se creían felices hasta que, de la noche a la mañana, su novia desaparece. Aunque la policía le resta importancia, una serie de indicios le hacen sospechar que su marcha no ha sido voluntaria.
Osmany Arechabala lleva meses afincado en Bilbao, lejos de su Cuba natal, cuando un viejo amigo le pide ayuda para encontrar a su hija. No hay noticias suyas desde que dejó la casa de las ancianas que cuidaba en una pequeña villa de Las Encartaciones. Osmany, acompañado de Nekane Gordobil, suboficial de la Ertzaintza de baja laboral, decide aceptar el encargo sin ser consciente de las dimensiones de su empeño.
©Artículo: Miguel Izu, 2023.
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