‘No manden flores’, de Martín Solares- Reseña
Nuestro colaborador Atzin Nieto reseña ‘No manden flores’, del autor mexicano Martín Solares.
Sinopsis
De Martín Solares, ganador del Premio de Ensayo Literario José Revueltas 2016.
No manden flores cuenta la historia de Carlos Treviño, un ex policía que se ve obligado a volver al Golfo de México a fin de investigar la desaparición de una rica heredera.
Partiendo del sur de Tamaulipas, cerca de Paracuán, y viajando hasta el centro de la violencia en la frontera norte, Treviño deberá seguir el rastro de la mujer, e indagar entre los grupos criminales que se disputan el control de ciudades y carreteras. En la misma medida, evade la persecución del tenebroso Comandante Margarito, jefe de policía de La Eternidad, que lo busca para matarlo. La rivalidad entre estos dos personajes con perfil de tiburones elevará la tensión durante siete días a niveles nada recomendables.
Ficha técnica
- Título: No manden flores (Mapa de las lenguas)
- Autor (es): Martín Solares
- Traductor:
- Sello: LITERATURA RANDOM HOUSE
- Fecha publicación: 11/2015
- Formato, páginas: TAPA BLANDA, PEGADO CON SOLAPA, 456
- Medidas: 230 X 133 X 28 mm
- ISBN: 9786073136655
- EAN: 9786073136655
- Temáticas: Thriller, Sociedad, política y actualidad, Literatura contemporánea
- Colección: Random house
- Edad recomendada: Adultos
Martín Solares
Martín Solares (Tampico, Tamaulipas, 1970) ha escrito un libro de ensayos: Cómo dibujar una novela; un libro infantil: Los monstruos y tú, y dos novelas sobre el Golfo de México: No manden flores (Finalista Premio Polars du Sud, Toulouse, 2018), traducida al inglés, francés y polaco, y Los minutos negros, traducida a seis idiomas, finalista del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, en proceso de filmación y elegida por el Times Literary Supplement como una de las mejores novelas publicadas ese año. Ha ganado el Premio Bellas Artes de Ensayo Literario José Revueltas, el Premio Nacional de Cuento Infantil Juan de la Cabada, el Premio Nacional de Cuento Efraín Huerta y el International Book Award for Best Mystery Novel.
Reseña
No habrá flores para nadie
Les dijo que había una persona capaz de encontrar a la niña: un ex policía.
Martín Solares
Cierta ocasión una mujer con la que salía me preguntó por qué si era un gran lector de novelas policiacas no leía algunas obras de los escritores mexicanos, a lo que le respondí que, según una definición de Jerry Palmer, que a su vez se basa en un ensayo de Kingsley Amis, hay una gran diferencia entre ser un adicto a las novelas policiacas y un lector a estas, pues la diferencia radica en que el primero lee cualquier obra de este tipo, mientras que el lector sabe discriminar. Y por ende, son raras las novelas policiacas de escritores mexicanos contemporáneos que podría llegar a recomendarle, ya que por lo regular, la gran mayoría termina por ser un clisé mal escrito de algún clásico norteamericano o son escritas de tal forma que su final es predecible y terminan por ser un pastiche más del montón. Sin embargo, le espeté que No manden flores, del escritor Martín Solares, es la rotunda excepción.
Ella me miró como se mira la lencería que se usará la noche de bodas, luego agregó que estaba deseosa por escuchar mi sesudo análisis sobre No manden flores, porque según para algunos sujetos resentidos con la vida, yo tenía fama de ser un mujeriego antes que ser un crítico mamón, ya que la mayoría de las veces hablo más de mujeres que de libros. Sonreí al escuchar aquellas malas noticias de sus lindos labios, por ende, le expliqué que en mi defensa primero debíamos tomar algunas cervezas oscuras pues no me gusta hablar de novela policíaca sin algo de alcohol en las venas. Ella sugirió su departamento y yo sólo la seguí sin sospechar nada. Era una mujer de quien no podía dudar, a quien no podía condenar o criticar.
Sí hay algo que me gusta más que una fémina con vestido rojo, medias de red y moral dudosa es una biblioteca con ediciones especiales de la serie noir de Gallimard bellamente empastados y acomodados por año de publicación. Por lo que mientras aquella morena de piel canela y caderas que harían sacar al ser incivilizado que hay en cualquiera de nosotros, preparaba nuestras cervezas yo me entretenía con un ejemplar de Cosecha Roja recordando con nostalgia la primera vez que leí esa quijotesca aventura del Agente de la Continental en la ciudad de Poisonville.
Cuando me di cuenta, la dueña de ese paraíso literario sujetaba en cada mano un vaso de cerveza oscura y me invitó a ponerme cómodo en un sillón de piel, por lo que comencé a narrarle que uno de los protagonistas de No manden flores, compartía ciertas similitudes con el detective de Hammett, pues ambos personajes, tanto el Agente de la Continental como el ex policía Carlos Treviño tienen que “limpiar” una ciudad en donde la justicia es un chiste del sistema y se vende al mejor postor. Aunque en el caso de Treviño, la cosa se complica, pues no sólo debe sobrevivir a los tres grupos criminales que se disputan por tener el control de La Eternidad, además de Los Tres Chiflados, está el jefe de la policía, el Comandante Margarito, quien tiene deudas pendientes con él y buscará de alguna u otra forma cobrárselas, sumado a todo eso, su principal objetivo será sobrevivir para investigar la desaparición de Cristina De León, una rica heredera. En definitiva resulta ser un caso bastante complejo para un simpe ex policía con una Taurus PT99 como compañera y muchos huevos.
Antes de continuar con mi monólogo, ella se excusó para ir a la cocina y volver con una botella de vino, un par de copas y un botón de menos en su escote. Intenté concentrarme y recordar lo que me pareció interesante; la manera en que Solares maneja el suspense, y la forma en que la obra está estructurada ayuda a que el lector sea testigo de dos caras de la misma moneda, por un lado se narra la historia del detective en cuestión, Carlos Treviño, así como de su pasado negro, que gracias a las pequeñas analepsis o flashbacks uno puede conocer y hasta cierto punto llega a comprender ese carácter taciturno del ex policial, por el otro, esta la versión del Comandante Margarito, y su ascenso dentro de un mundo donde la corrupción y compadrazgo son el leivmotiv de una sociedad que no dista mucho de nuestra realidad, después vendrá el ocaso de aquellos años maravilloso y ahora la perra tristeza junto con las nuevas generaciones de criminales intentaran eliminarlo pues lo ven como un mueble viejo que sólo estorba y puede ser fácilmente reemplazado.
Cabe resaltar que en No manden flores, no hay lugar para el humor pues saldría sobrando debido al contexto en donde los personajes se desenvuelven, ni para las mujeres que obligan a matar por ellas, ya que no es el estilo de Solares. Al decir esto último, vi de reojo como ella se acomodaba el vestido de tal forma que no era difícil imaginar el tamaño exacto de sus medidas. Después de ese efímero momento continué explicando las escenas de acción y le describí una que en lo particular me agrado; por lo bien escrita que esta, a tal grado que, la adrenalina del momento se contagia y te genera un sentimiento de incertidumbre, pues el Comandante Margarito, ha sido emboscado y debe hacer uso de cada una de sus habilidades para sobrevivir al fuego cruzado. Ese tipo de escenas son poco vistas en la novela policiaca mexicana.
Otro dato curioso que le dije a la mujer de escote pronunciado fue que el título, No manden flores, encierra un pequeño homenaje que hace Solares, hacia el escritor inglés René Babrazon Raymond, mejor conocido por firmar como James Hadley Chase, ya que su primer novela No orchids for Miss Blandish, traducida al español como: No hay orquídeas para Miss Blandish o El secuestro de miss Blandish, en la edición de Bruguera y como No habrá orquídeas para la señorita Blandish, dentro de la colección de La puerta negra de la editorial Océano, donde se narra cómo un banda de gangsters, dirigidos por Ma Grisson, secuestran a una bella y rica heredera con el único fin de que su hijo Slim, pueda poseerla sin temor, dando como resultado una de las más crudas y sanguinarias obras que se hayan escrito en la primera mitad del siglo XX.
Por último, le mencioné que, si he de afirmar algo es que la segunda novela del escritor mexicano Martín Solares es una de las mejores novelas policiacas que he podido leer en lo que va de este año. Porque No manden flores (Literatura Random House, 2015) es una de esas obras que uno disfruta por la calidad en cuanto a construcción de personajes, se agradece por las tramas paralelas que se van complejizando hasta su máxima expresión y más por los sutiles giros de tuerca que hacen que la diégesis funcione, y no duda en recomendar por el nivel de ficción mezclado con sobredosis de realidad que demuestran a un escritor maduro que, no sólo conoce sino también domina el género negro y propone algo diferente a cualquiera de sus correligionarios que usan la novela negra so pretexto para hablar del narco y de mujeres con lencería de encaje.
Por lo anterior, le dije que me consideraba un lector de novelas policiacas y amante de la belleza femenina. Ella cruzó los pies a la altura de los tobillos y miró sus esculturales piernas doradas. Yo también las miré y terminé mi cerveza. La noche apenas comenzaba y acepté besarla y fue agradable porque quizá no la volvería a ver así que esta vez no habría flores para nadie.
Texto: © Atzin Nieto, 2018
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Super interesante el articulo!!!