Manuel García Viñó y su ‘Teoría de la novela’
Porque la vocación de escribir siempre va precedida por la afición a leer. Creo que hasta el escritor que después será muy original, empieza imitando lo que concuerda con sus gustos y su disposición
Manuel García Viñó y su Teoría de la novela
Manuel García Viñó murió hace unos años (1928-2013). En sus años como escritor dejó novelas, ensayos y ofreció algunas bofetadas a gente del mundillo editorial que solo estaban preocupadas por la cuenta de resultados y no por el arte, porque al final esto de la literatura no es más que un negocio.
Como me gusta leer libros teóricos sobre la escritura [aunque piense lo mismo que Virginia Wolf, que llegó a escribir en una carta a un amigo: «Por favor, no me sermones con esa teoría tuya sobre que solo es importante el modo en que las cosas están escritas y no las cosas en sí misma»] me he acercado al ensayo Teoría de la novela (Anthropos Editorial), que Viñó editó unos años antes de fallecer. Me imaginé que podría aprender algo, aunque yo le dé más importancia a la historia en sí que a cómo está escrita… y la verdad es que no me atrevería a recomendar el libro. Me resultó muy pesado, teórico y largo de leer, pese a que solo son 125 páginas en un pequeño tamaño de 12×18.
Si bien García Viñó conoce el significado y el valor de las palabras, su Teoría de la novela (Anthropos Editorial) es muy teórico, llegando en varios capítulos a ser farragoso y aburrido de leer.
No era García Viñó un petulante, sino un amante de la literatura, pero intentó luchar contra la industria del entretenimiento sin darse cuenta de que una cosa es ser un buen escritor y otra es ser un superventas… o era consciente de ello, y aún así buscó el corazón del dragón para atravesarlo con su espada.
García Viñó también fue un escritor muy conocido por su trabajo titulado Javier Marías, una estafa editorial [hoy todavía se puede descargar su versión PDF] y donde dejó escrito «los novelistas pertenecientes al sistema de la industria cultural, inquilinos permanentes de las listas de libros más vendidos y protagonistas de todos los actos literarios públicos con proyección mediática, aparte no saber componer una novela, no dicen más que obviedades, vaciedades y tonterías, desconectados del más leve conato de una poética y una concepción del mundo».
Aunque tampoco tiene desperdicio su trabajo titulado Los escritores más vendidos y el retraso mental donde podemos leer «que los escritores españoles promocionados por el sistema de la industria cultural… no sólo escriben de manera pedestre y apoyados en una estética -por llamarla de algún modo- obsoleta, no ya decimonónica, sino pregaldosiana y carecen por completo de un concepto del género novelístico y de una concepción del mundo, como todo verdadero escritor debe tener, sino que, en su incapacidad expresiva y su dificultad para pensar con madurez, se muestran ridículos y hasta risibles, rozando a veces la expresión propia de un retrasado mental».
Valgan estas breves líneas para recordarnos algunos trabajos de un escritor independiente en el más puro sentido de la palabra, un hombre tan claro que dejó frases para el recuerdo como esta: «Porque la vocación de escribir siempre va precedida por la afición a leer. Creo que hasta el escritor que después será muy original, empieza imitando lo que concuerda con sus gustos y su disposición».
© Arcadio Rodríguez Tocino.
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