Mamá, de mayor quiero ser reseñador por Beckett & Hawk

Hoy quiero hablar de esa persona, de ese lector, de ese ser sacrificado que tiene una misión: hacer la reseña de un libro. Un ser que nadie sabe de dónde ha salido, hacia donde va y lo que persigue. Seguramente no sea escritor, seguramente no es editor, seguramente tiene poco respaldo, pero sin duda es un lector. Alguien que dedica su tiempo a leer libros que otros escriben, que otros publican, que otros venden, pero que sobre ellos, nuestros reseñadores, siempre tendrán una opinión.

En un mundo donde casi nadie lee algo que no sea una simple nota en una red social, donde los libros pasan a ser un subgénero en manos de unos pocos, donde el móvil ha secuestrado al libro… nuestros reseñadores se alzan como gigantes con capa para demostrar que todavía se puede tener opinión, que todavía se puede leer sin que te estalle la cabeza y que la palabra todavía tiene ese encanto oculto y misterioso que nunca tendrán otros medios.

Hay reseñadores malos, regulares y buenos, algunos interesados (reseñas de pago encubiertas) y otros no, unos libres y otros esclavos. Pero todos ellos tienen la grandeza de dedicarle su tiempo a hablar de literatura, de autores, de historias, de personajes, y eso es lo suficientemente importante como para ganar mi respeto, y yo diría que mi admiración. En esta época de plataformas digitales, de HBO, Netflix, Prime… que alguien hable de libros me produce la ternura desmedida de una foto de un cachorro de ojos grandes en Instagram.

Los reseñadores se están convirtiendo en alguien necesario para el escritor, en una pieza imprescindible para el novel, en un arma para el consagrado, en un altavoz para las editoriales. Porque los reseñadores son gente que puede hacer de su opinión una manera de llegar al lector desprevenido, al experto, al que pasa de todo y al escéptico. Es una pieza clave en el boca a boca, en el rescate de libros olvidados, en la salvación de libros de extrarradio.

Una buena reseña se ha convertido en un tesoro abandonado, en una playa desierta a disposición del público lector. En pequeñas obras maestras que tienen valor por sí mismas. Por eso, desde esta revista les hacemos un homenaje, porque alguien tiene que hacer esa dura labor de leer y recibir poco o nada por el trabajo de opinar. Aunque ahora tengo la duda de si publicar este artículo en facebook o en twitter, aunque sin duda en twitter me iban a sobrar caracteres y eso no está permitido.

Una reseña se ha convertido en un portero que nos abre la puerta del Walhalla, donde Prometeo ha robado el secreto a los dioses, por eso y por mucho más, ayuda a que la gente lea un poco más, se cultive y pueda ejercer la libre labor de tener entre las manos toda una infinidad de mundos en una hoja de papel… o en una tableta/libro electrónico.

 

©Artículo, Beckett & Hawk, 2021.

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