LOFT La muerte sabe a blues, ¿quién lo puede negar? por Beckett & Hawk

Se confirma la noticia, sus vecinos y amigos Beckett & Hawk, nos hemos bajado de la alfombra que muchos pisotean y nos hemos lanzado al barro.

Hemos manchado nuestras ropas repletas de domingos y alcanfor para bañarlas en esa balsa oscura que representa la novela negra.

No nos importa si estamos en la onda de las políticas editoriales o de las grandes historias repletas de tratados psicológicos y sociales…que les den.

Hemos decidido bajar a los años 50, al negro y el gris de la novela negra de siempre. Aquella que alguna vez leímos al ritmo de un buen blues o de una buena copa. Nos gusta esa época de talento sin medida que después todos intentaron imitar o innovar. Por eso con esta novela besamos la tierra que pisan los clásicos. Nuestro detective Ábaco, nuestra femme fatal, nuestros personajes, todos ellos nacen de la ilusión de recuperar esa fuerza de la palabra que llenaban los libros de aquella época.

Somos conscientes que recurrimos a ellos porque no nos gustan los derroteros que toman muchas de las novedades que salen al mercado. No sabemos si lo hemos conseguido o no, eso depende de cada lector, pero nos da exactamente igual, somos unos clásicos, ¡qué le vamos a hacer! Ya nos lo recuerda Marto Pariente en multitud de ocasiones, que gran tipo.

Pero bueno, la vida nos hizo así. Somos esos gusanos de gabardina que roen la manzana hasta llegar a su corazón, esos lobos solitarios que huelen a su presa a distancia, somos un blues de medianoche y un buen Jameson sin hielo, una patada en la entrepierna.

LOFT: la muerte sabe a blues, nace de un sueño, de una ilusión y de un gusto por los maestros, esos que no se paseaban por los festivales de novela negra en busca de reconocimiento, ni que necesitaban a esos editores con gafas en forma de dólar que no paran de decir “tenemos todo el año ocupado”. Que les den también (modo irónico on).

La novela negra es una forma de sentir, una forma de rebuscar en los bolsillos del alma humana en busca de la calderilla que nos proporcione un buen trago. Es un estado de ánimo, es un beso en los labios y una lágrima en la mejilla.

Ahora me suena por el altavoz Won’t Be Hangin’ Around · Albert King , y manoseo “Cosecha roja” quién puede superar a eso. LOFT es una experiencia, nuestra experiencia, con sus defectos (todos) y con sus aciertos, algunos dirán que muy pocos, pero nadie nos podrá robar esa sensación que deja en cada capítulo las notas tristes de un buen blues, esa música nacida en los campos de algodón en busca de libertad. Esa libertad que nosotros reclamamos para poder escribir sin saber muy bien por qué. Pero aquí estamos. En el barro. Los últimos de la fila. Pero con esa sensación que deja siempre el saber que hemos hecho lo que hemos querido.

LOFT: La muerte sabe a blues ¿Quién puede decir que no es verdad? Suena Mannish Boy de Muddy Waters.

 

©Artículo: Beckett & Hawk, 2020.

 

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