Lágrimas y plomo
IGNACIO BARROSO BENAVENTE| MADRID
Mírate. Tienes miedo. Tus ojos lo confiesan. Las lágrimas por tus mejillas lo corroboran. El mentón te tiembla. Lo noto. La empuñadura de la Tokarev vibra cuando tus dientes chocan con el cañón. Pero es lo que hay. De nada te va a servir el llanto. Niet. Para nada. Jugaste con fuego y te voy a abrasar la boca de un plomazo.
La verdad es que en el fondo me da pena apiolarte así, sin explicaciones. Deja que me quite el pasamontañas. Mucho mejor. Te pones blanco. Sí, lo sé. Sabes quién soy. La rubia de piernas largas y falda corta del otro día. Veo que te acuerdas de mí. Estuvo bien. Fue bonito. Lástima que en la cama uses la lengua sólo para hablar. Pero claro. Dártelas de placa infiltrado puede tener consecuencias. Sorprendente lo fácil que es hacer cantar a un tío…
Bueno, esto se está alargando. Dejemos que un cartucho Mauser dé por terminada esta charla. Clic-pumb.
Texto © Ignacio Barroso Benavente – Todos los derechos reservados
Publicación © Solo Novela Negra – Todos los derechos reservados
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