La mujer del bosque de John Connolly por Beckett & Hawk
Siempre hay que volver a John Connolly, porque él siempre tiene algo que los demás no tienen, porque sus palabras desprendidas de su mente siempre nos dejan ese regusto mágico y fantástico que la realidad se empeña en ocultarnos. Y es que sus libros son siempre algo que un lector de novela negra tiene que agradecer, porque nos aporta algo más, nos deja la sensación de que no es fácil olvidarse de sus historias, de sus personajes, de su ambiente descarnado, no es fácil olvidarse de Parker, porque él es todo o es nada.
Connolly vuelve con un buen libro “La mujer del bosque”, un libro que retoma el nivel que en otras ocasiones le ha faltado. Pero es que últimamente, nuestro autor está inspirado y sus obras han alcanzado una madurez y una calidad que mejora sin duda con el tiempo. A tras, queda sin duda sus primeros libros, «Todo lo que muere”, “El poder de las tinieblas”,” Perfil asesino”… libros inolvidables que me arrastraron por el camino de este autor, libros que han quedado en la retina del lector para siempre. Pero es que John está de dulce y sus últimos libros retoman la calidad de los comienzos de esta saga, pero con la ventaja de ese gusto literario por las buenas letras y con una conexión con el lector que nunca se ha perdido.
En “La mujer del bosque” nos traslada a la primavera y, en los bosques de Maine, las tormentas aceleran el deshielo. Hasta que, de pronto, cuando un árbol cae, junto a las raíces queda al descubierto el cadáver de una joven.
Los policías y forenses que investigan lo que pudo ocurrir no tardan en averiguar que la mujer dio a luz poco antes de morir. Sin embargo, en los alrededores no hay ni rastro del recién nacido, que quizá ahora cuente unos tres o cuatro años.
Para encontrarlo, el abogado Moxie Castin pide ayuda al detective Charlie Parker. Pero Parker no es el único que ha emprendido esa búsqueda. Tiempo atrás, alguien siguió los pasos de esa joven, alguien que deja cadáveres tras de sí.
Y en una casa cercana a los bosques, un teléfono de juguete empieza a sonar. Suena para un niño que está a punto de recibir una llamada de una mujer muerta.
Pero, cuando los muertos llaman, sólo Charlie Parker se atreve a contestar.
No puedo ser objetivo con Connolly, porque él solito puede con el sopor que nos dejan otras novelas y otros autores. Connolly se alza por méritos propios como uno de los grandes, porque se lo merece, porque es único, porque siempre nos aporta algo y porque sabe escribir. No forma parte de los junta letras que se pavonean por los diferentes festivales de este país. Connolly no lo necesita porque tiene a sus lectores, tiene a su público y tiene a Charlie Parker.
También he de hacer una mención al traductor, Vicente Campos. Sin duda, gran parte del éxito de este libro es suya, pues en una labor nada fácil ha conseguido darle el ambiente y el nivel que en la lengua originaria tenía.
Por eso, amigos de la novela negra, volved a Connolly porque es algo mágico y es algo que siempre me agradeceréis. Ya sabéis que sois de una estirpe perdida en el tiempo y que estáis malditos. Leed, leed…
©Reseña: Beckett & Hawk, 2021.
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