La fascinación del crimen y el auge de la novela negra por Ana Arroyo Martín
No vamos a descubrir América en pleno siglo XXI…
Que siempre ha habido cierta fascinación por el crimen es algo que se puede afirmar.
Según Juan Enrique Soto, analista de conducta y profesor del Grado en Criminología de UNIR, la Universidad Internacional de La Rioja: «Existe una especie de fascinación por los sucesos y cuanto más cercano al ámbito del espectador, más potente es, porque no es lo mismo informar de un atentado en un lejano país que ha causado docenas de víctimas mortales, que un hecho traumático sucedido en una de nuestras ciudades o cometido por alguien que podría ser nuestro vecino»
¿Y dónde podemos constatar mejor que esta fascinación es cada vez más manifiesta? Pues dejando aparte innumerables docu-series como Durmiendo con el enemigo, Llama el asesino, En las afueras, Mujeres asesinas, Crímenes en la red, Los casos de Aphrodita Jones, etc. (y todos estos sólo en un único canal de TV), es en la literatura. Y es que la novela negra está viviendo un auge imparable.
Sólo tenemos que ver cómo han ido proliferando los festivales de novela negra en distintas poblaciones españolas. Ya no hablamos del más longevo que es La Semana Negra de Gijón, o de otros con ya una importante trayectoria como el Festival Pamplona Negra, Barcelona Negra, Novela y Cine Negro Salamanca, Valencia Negra, Guadalajara en negro o Granada Noir sino que ya se convocan semanas negras en poblaciones como Morella o Collbató.
He llegado a leer que hay voces que definen la novela negra como “la plaga de la literatura”. Y entonces pienso: ¡bendita plaga! como esta quiero las otras nueve restantes. Algunos incluso hace unos años se aventuraron a vaticinar un declive de ella. No podían estar más equivocados; mientras haya un público fiel a este género, unos escritores con una calidad excepcional como los que tenemos, y publicaciones como esta en la que la promocionamos, difundimos y apoyamos, no puedo más que augurar un gran futuro a la novela negra.
Y en cuanto a la fascinación por el crimen, que vengan y me psicoanalicen…
Artículo: © Ana Arroyo Martín, 2019.
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