La caricia de la bestia- reseña
‘La caricia de la bestia’ nos adentra en desencuentros, un bosque inquietante y extraños sucesos… Antonio Parra reseña la novela de Cristina C. Pombo
Título
La caricia de la bestia.
Datos publicación
Espasa. Barcelona 2018. 437 págs.
Datos del autor
Cristina C. Pombo (Ourense, 1977) estudió música, filología y arte dramático, completando su formación con un máster en Creatividad y Guión Audiovisual. Ha trabajado como copy, directora artística, profesora, traductora y guionista de televisión. Colabora con sus artículos en medios como La Región o Pikara Magazine. En la actualidad compagina la docencia de letras y música con la escritura de novelas.
Sinopsis de la obra
En un bosque solitario, dos adolescentes son brutalmente atacados por un ser de una fuerza sobrenatural. En su declaración, ambos sostienen que el agresor es un zombi.
La inspectora Laura Tébar es encargada de la investigación. Se trata de una profesional de 55 años, brillante, solitaria y con un carácter temible forjado en un pasado lleno de errores imposibles de remediar. Se la respeta y se la teme a partes iguales. Con Tébar, y a su pesar, comienza a trabajar el subinspector Merino, un joven tan inexperto como intuitivo y motivado.
Los dos no pueden ser más opuestos y no tardan en chocar. A través de la novela, el lector asistirá a un auténtico tour de force entre ambos personajes, que pasarán lo suyo antes de permitirse el mínimo respeto mutuo que les permita colaborar y enfrentarse a unos seres tan misteriosos como violentos, que atacan desde lo más profundo del bosque, parecen invulnerables y desaparecen sin dejar rastro.
Reseña
La extraña pareja
Aquel principio ficticio que habla de que los polos opuestos se atraen se cumple a rajatabla en esta novela de Cristina C. Pombo, porque no en vano podrían estar más alejados la inspectora Laura Tébar y el subinspector Merino, su nuevo compañero. De esa situación en la que hay dos compañeros que deben empezar a trabajar juntos se parte en esta trama, bueno, de ella y del supuesto ataque sufrido por una pareja de novios a manos de lo que parece ser un zombi.
Que no se alarme el lector, no estamos ante una novela “zeta” sino ante una trama negra y policial que, empleando en todo momento la lógica, tendrá que rebatir lo que parece evidente, o lo más fácil de pensar a juzgar por las circunstancias. En el tranquilo pueblo de Grazalema ocurre algo extraño y esta peculiar pareja tendrá que averiguar qué es, claro que primero tendrá que ir solventando sus propias diferencias, o lo que es lo mismo, intentar que se acerquen un poco los caracteres solitarios de ella, que recela de los hombres y del mundo en general, y expandido de él, a quien su superiora acusará de perroflauta conspiranoico.
Pombo no se limita al caso, de hecho a ratos quizá sería deseable que avanzase con más celeridad, pero la profundización en la personalidad de ambos policías justifica el ritmo sosegado de la novela, hay que conocer a Tébar y a Merino, su pasado, sus sombras, sus dolores, porque sólo entonces la investigación podrá avanzar como es debido, sólo entonces la pareja hará frente a todo lo que va a encontrar oculto en la sierra de Grazalema, los jóvenes desaparecidos, los ataques, los manejos turbios de quienes ostentan el poder. O las conspiraciones que de pronto se vuelven reales.
Texto: ©Antonio Parra Sanz, 2018.
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