La Autora de FLOR SECA Conversa con SNN
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Antonio Parra | Murcia | Crítico Literario
Con motivo de la aparición de la nueva novela de Graziella Moreno, Flor seca, hemos tenido oportunidad de charlar con ella acerca de las interioridades de dicha novela, de la manera en la que contempla el mundo y las tramas de novela negra, e incluso de los tenues que son los límites entre el bien y el mal.
Graziella Moreno (Barcelona, 1965) quería estudiar Periodismo, pero por un error de cálculo empezó Derecho, y a ellos se dedicó sin dejar de escribir a ratos perdidos. Conoce las tripas de la administración de Justicia desde 1991, año en que empezó a trabajar como funcionaria, y ya en 2002, como juez. Ha estado destinada en los juzgados de Amposta, Gavà, Martorell y Barcelona y se ha especializado en derecho penal.
Escribe relatos y artículos en revistas y diarios digitales. Publicó su primera novela en 2015, Juegos de maldad, que fue nominada a mejor novela negra de 2015 en el festival de Cubelles Noir y recibió una mención especial del jurado. En 2016 publicó El bosque de los inocentes, y en 2017, Flor seca, continuación de los personajes de la primera.
Antonio Parra
En Flor seca recupera a la juez Sofía Valle y a Enda Rivas, ¿cómo han cambiado estos dos personajes con respecto a su anterior aparición?
En Juegos de maldad, conocíamos a Sofía, juez en un juzgado de instrucción con mucho trabajo (como en la vida real) y a Rivas, el policía nacional con el que tenía que trabajar en una operación de narcotráfico, un personaje atormentado por el suicidio de su mujer. En esa primera novela inician una amistad que en Flor seca evoluciona pero que se ve dificultada por la trama de corrupción policial. Vamos a conocerlos mucho mejor y veremos cómo la investigación de los cuerpos policiales implicados afecta a esta relación. Y hasta aquí puedo escribir…
Parece que con ellos y los mossos d’esquadra Víctor y Anna hay como una doble visión generacional en la novela, ¿es así?
No me lo había planteado de forma consciente pero es posible. Sofía y Rivas tienen una edad parecida, ambos acumulan una experiencia de años en su trabajo, lo que hace que su visión pueda ser más amarga. Por su parte, Anna quiere progresar en su profesión y ello hace que en ocasiones no cumpla los protocolos establecidos y consigue contagiar a Víctor, que es mucho más formal en este sentido. Ambos van a implicarse totalmente en descubrir al asesino de la mujer que aparece muerta con la cara destrozada.
En la novela, entre otras muchas cosas, hay un crimen brutal y una trama de corrupción. ¿Resulta sencillo elegir la corrupción como argumento novelesco en los tiempos que estamos viviendo?
Quería hablar sobre la corrupción que existe en el día a día, hacer reflexionar al lector sobre lo fácil que es traspasar la delgada línea que separa lo correcto de lo incorrecto. Por desgracia, la prensa rebosa de información sobre grandes tramas de corrupción, pero me interesaba explicar cómo se inicia, y que todos, cada uno dentro de nuestra esfera, estamos expuestos a ella.
Una de las virtudes de su narración, reconocida además en numerosas ocasiones, es la autenticidad y verosimilitud de sus personajes, ¿cómo lo consigue, cómo los perfila?
Observo la realidad que me rodea y aún hoy, después de veintiséis años en la Administración de Justicia, me sigue intrigando el porqué de las reacciones de los seres humanos. Intento expresar en mis novelas ese porqué y que el lector sea partícipe de ello, implicarlo en la historia.
Jueces, policías, mossos d’esquadra…, ha logrado combinar colectivos que, aunque han de trabajar juntos, a veces no encajan tan bien, ¿o eso de las rivalidades entres cuerpos son leyendas urbanas?
Como es lógico, que varios cuerpos policiales tengan que colaborar en un mismo caso genera tensiones, no son leyendas urbanas. No es fácil acotar hasta donde llega la actuación de unos y otros, pero todos estamos obligados a colaborar si queremos que el trabajo salga adelante.
¿Es la debilidad humana una buena fuente literaria? ¿Y es un buen argumento para cometer un crimen?
Los seres humanos del siglo XXI seguimos siendo los mismos, hemos avanzado en muchos campos, pero nos mueven las emociones básicas. En esta novela hablo sobre lo fácil que es caer en la tentación y que las pasiones que nos dominan son las responsables de nuestros actos. La gran pregunta sigue siendo si nos conocemos a nosotros mismos…
En la novela hay una importante presencia de la mitología griega, ¿responde a la obsesión de algún personaje o es algo más personal?
Quizás ambas cosas. El lector descubrirá que hay un personaje amante de la mitología griega, obsesionado con el dios Apolo, y ello es fruto de mis lecturas. Disfruto mucho con los mitos, han impregnado nuestra cultura, idioma, forma de pensar y me apetecía introducir ello en la novela.
Con tanta producción de novela negra como hay ahora en España, ¿no correremos el riesgo de morir de éxito, o de aburrir un poco al lector?
Creo que la novela negra es una novela social, que refleja la sociedad que creamos entre todos, que explica las reacciones humanas y que intenta por encima de todo hacernos reflexionar hacia dónde vamos. No creo que los lectores se aburran de un género, en todo caso lo que queremos todos es disfrutar con una buena historia.
Disculpe, pero me resulta inevitable, una juez escribiendo y otra como personaje, ¿hay mucho de Graziella Moreno en Sofía Valle?
La verdad es que la única cosa que nos une es la profesión, la pasión por los puzzles y esa manía de ir a nadar los fines de semana a las siete de la mañana. En lo demás somos totalmente distintas. Quizá haya más cosas mías en el personaje de Rivas.
¿Qué le resulta más dificultoso a la hora de perfilar una trama negra? ¿Y qué le resulta más sencillo?
Creo que lo más complicado es encontrar esa última pieza que hace encajar todas las demás. Lo más sencillo es decidir qué historia quieres narrar y los personajes que van a estar en ella.
En la novela también se habla de las cárceles del alma, ¿tan altos son sus muros?
Estoy convencida. Pienso que somos prisioneros de nuestras emociones, de lo que hemos hecho, de todo aquello que queremos olvidar y nos persigue. Acumulamos sentimientos que no nos dejan avanzar y como apuntaba antes, damos pasos que nos llevan a situaciones de las que no sabemos salir. Como dice uno de los personajes de la novela, tenemos claro que “antes que venderse al diablo, lo que sea”, pero es que a veces, el diablo no nos da ni tiempo a pensar…
Cuéntenos, si se puede, qué planes literarios le aguardan tras la aparición de Flor seca.
Flor seca tendrá continuación, pero no por el momento. Ahora estoy con una trama totalmente distinta, exprimiendo el reloj todo lo que puedo para encontrar el tiempo que merece. A ver si lo consigo…
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