Novela «Justo»- Reseña literaria

Nuestro colaborador Antonio Parra reseña «Justo», novela de Carlos Bassas del Rey.

No abran esta novela

No abran esta novela o Justo Ledesma les robará el alma, y no les concederá un respiro, no se la devolverá hasta que haya cumplido con sus propósitos. Ésa es la sensación que uno tiene antes de alcanzar el primer tercio de la obra, porque para entonces ya habremos sucumbido a la energía de este anciano, y al lenguaje poderosísimo con el que Carlos Bassas le hace expresarse, para lo bueno y para lo menos bueno, con los vivos y con los que no parecen estarlo. Un lenguaje que podría ser lo mejor de la novela si no fuera por el propio Justo Ledesma.

Y es que este viejo, al que nadie mira, que es consciente de su propia decrepitud, tiene en su mano la capacidad de mirar el mundo de manera más que atinada, y no sólo el mundo geográfico que le rodea, una Barcelona que rezuma nostalgia y de la que no se escatima ni una sola pizca crítica, sino también el mundo moral, el social, el que se empeña en tapar las miserias humanas sin saber que esa manta deja los pies al aire cuando se pretende tapar la cabeza.

La novela ha sido un desafío para su autor, como él mismo ha reconocido pero ha salido airoso, yo diría incluso que triunfante, a juzgar por el ritmo, el fraseo corto y contundente, las imágenes demoledoras, e incluso una trama que va creciendo a medida que rebasamos capítulos. Y no se ha escondido a la hora de los homenajes, los hay tanto para los clásicos del género, españoles y norteamericanos (recuérdese sobre todo Cosecha Roja), como para compañeros del oficio que aparecen en sus páginas (Empar Fernández o Pere Cervantes, por citar sólo algunos casos que parecen evidencias), incluso para el mundo del cine, para un pasado al que Bassas recurre porque sus primeros años se dieron en una ciudad condal que cada vez se parece menos a la que es ahora.

Nunca se debe subestimar a un anciano que ya ha estado muerto, porque su capacidad para mover hilos es infinita, máxime cuando a su vez pertenece a una estirpe de “tzadik”, esos hombres anónimos que mantienen el equilibrio entre el Bien y el Mal. Dice la Biblia que en Sodoma no se pudo encontrar a diez hombres justos, a Carlos Bassas le ha bastado con encontrar uno, rocoso y firme, con una memoria que parecía difuminada hasta que le llegó la imagen que lo iba a cambiar todo. Aquí no lloverá fuego ni habrá estatuas de sal, aquí lo que hay es voluntad, y un narrador que roza la excepcionalidad.

 

Título

Justo

Datos publicación

Editorial Alrevés. Barcelona 2018. 190 págs.

 

Datos del autor

Carlos Bassas del Rey (Barcelona, 1974) es doctor en Periodismo, profesión de la que escapó a tiempo. En la actualidad sobrevive como juntaletras de fortuna, labor que equilibra con la docencia. También ha sido comisario del festival literario Pamplona Negra. Ha escrito cortos, documentales, largometrajes, videoclips, spots y ha impartido numerosos cursos relacionados con el mundo audiovisual. En 2007 fue galardonado con el Premio Plácido al Mejor Guión de Largometraje de Género Negro en el IX Festival Internacional de Cine Negro de Manresa, y en 2009 fue coordinador editorial del libro Tasio 25. En 2012 publicó su primera novela, Aki y el misterio de los cerezos (Toro Mítico) y ganó el Premio Internacional de Novela Negra Ciudad de Carmona con El honor es una mortaja (Tapa Negra). En 2015 llegó Siempre pagan los mismos (Alrevés), segundo caso del inspector Corominas, y una nueva entrega de su saga japonesa titulada Aki Monogatari. El misterio de la Gruta Amarilla (Quaterni). A lo largo de 2016 publicó el libro de poemas Mujyōkan (Quaterni), una novela corta titulada «La puerta Sakurada» dentro del volumen El hombre sin nombre (Ronin Literario) y un relato breve para el recopilatorio 24. Relatos navarros (Pamiela). En 2016 apareció también Mal trago, tercera entrega de Herodoto Corominas.

 

Sinopsis de la obra

La verdadera justicia debe ser fría, implacable, desapasionada. Y para aplicarla, Dios decidió que cada generación contara con treinta y seis Justos, los tzadik, hombres anónimos que mantienen el equilibrio entre el Bien y el Mal sobre la faz de la Tierra. Justo Ledesma es uno de ellos. Un viejo irascible que discurre por las calles de un barrio, el de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera, que ya no es el suyo; de una ciudad, Barcelona, que dejó de serlo hace tiempo. Un hombre cansado que, consciente de que su fin está cerca, decide saldar cuentas con su pasado, con un pasado que regresa de forma inesperada cincuenta años después.

Escrito en una primera persona de estilo directo y peculiar, Justo esconde un triple relato: el de una vida dedicada a una misión sagrada, el de una venganza y el de la nostalgia por un tiempo cada vez más lejano, por unas calles cada vez más ajenas, por una ciudad moribunda que se desangra víctima de sus propios deseos, de sus propios errores.

 

Texto: ©Antonio Parra Sanz

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