JETA CON HEREDERAS – Reyes #13

JETA CON HEREDERAS, por Juan Carlos Arias

A Reyes los pagos que, tras el divorcio soportan los padres, le parecen normales cuando se trata de que  los hijos no sufran maltrato económico pues se les suele hurtar el rol paternal. Lógico, ver a la descendencia, que vive en casa que paga a medias con la madre -normalmente reemparejada– cada dos fines de semana y mitad de vacaciones desubica ese rol.

En este caso a Reyes lo contrata un sanitario implicado en ONGs que recorre el mundo ayudando al prójimo en su mayor extensión. El fracaso de la pareja, se le incendiaron dos hijas envenenadas por su madre. La huida le hizo hasta regalar su mitad de la casa familiar ante notario. El portazo dejó una pensión compensatoria hasta que su ex mujer encontrara trabajo.

Pasaron nada menos que veinticinco años y aquella alma se hartó de ayudar a los demás y aterrizó en un despacho burocrático. El amor regresó a su vida aunque estaba lastrada por el 48% de su sueldo embargado por ex mujer e hijas.

Aquel hombre veía próxima la jubilación y el mejor escenario era la indigencia con aquellas alforjas. Reyes entró en acción para acreditar si la ex mujer trabajaba o ingresaba algo, si estaba emparejada y si las hijas, ya treintañeras, estaban emancipadas de la falda materna y tendrían pareja.

Las pesquisas de Reyes le alucinaron inicialmente pues jamás investigó un caso donde el cliente partía con la mitad de sus haberes embargados por seres ajenos a la vida del cliente. Es decir, el padre pagó y pagaba ciego durante lustros a mudas, ciegas y sordas. Cobraban y punto. Ninguna levantó la mano en casi 30 años orgullosa de su pareja, de su trabajo o de su libertad personal.

Lo siguiente fue que Reyes localizó nuevas señas de la ex esposa del cliente. La individua ‘alquilaba’ a su pareja su casa a cambio del pensionazo que le metía en el bolso. El ‘afortunado’ era también divorciado aunque okupa VIP en casa ajena, aunque pretendido ‘hogar’.

Una de las hijas estaba en el ajo aunque regentaba una tienda de moda con perfil ‘guapi’ y ‘chachi piruli’ que se las sabías todas. Su hermana, según Reyes logró acreditar, no sólo que vivía fuera del hogar de su madre con trabajo. También que tenía una pareja tras otra, todas estables hasta que decidía finiquitar la relación pues ella era más moderna que la vanguardia.

Lo mejor para Reyes fue el secretismo y opacidad con que se movían madre e hijas para que no se descubrieses que vivían de un médico entregado a sus congéneres del que sólo conservaban que era su ex marido y padre respectivamente.

Las técnicas de ocultación de dónde vivían, con quién, dónde trabajaban y cuánto ganaban no les valió a ninguna de las individuas que investigó Reyes con verdadera delectación. De la madre heredaron las hijas una jeta que el mejor hormigón armado. El juicio del tema no tuvo réplica al detective, apenas amago de querella por acoso, coacciones virtuales y supuestas amenazas que diluyó el viento ¡Lo de siempre!

Del Texto ©  Juan Carlos Arias – Todos los derechos reservados

De la publicacion ©   Solo Novela Negra – Todos los derechos reservados

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