Horace McCoy, el escritor de la desesperación americana

HORACE McCOY, EL ESCRITOR DE LA DESESPERACIÓN AMERICANA
Ya saben nuestros lectores la pasión que tenemos por los clásicos de la novela negra en esta revista. Y es que en la vasta tradición de la literatura negra estadounidense hay nombres de gran peso literario como Raymond Chandler o Dashiell Hammet, pero también hay otros escritores que han sabido brillar con luz propia. Uno de ellos es Horace McCoy, un autor que, con un estilo sobrio y directo, supo capturar la angustia y el desencanto de la América de la Gran Depresión. Su obra más célebre, ¿Acaso no matan a los caballos? (They Shoot Horses, Don’t They, 1935), sigue siendo un referente de la literatura del siglo XX y un testimonio descarnado del precio de la desesperación.
McCoy, nacido en Tenesse en 1897, tuvo una vida intensa que en parte fueron material para su obra literaria. Durante la Primera Guerra Mundial fue piloto de combate, experiencia que marcó su visión del mundo. Tras la guerra, trabajó como periodista y más tarde como actor y guionista en Hollywood, un ambiente que le proporcionó material para algunas de sus novelas. En sus años en Los Ángeles, experimentó de primera mano la precariedad y el sistema despiadado de la industria del entretenimiento, elementos que reflejaría en sus obras.
Si bien en sus inicios McCoy estuvo ligado al periodismo, fue en la literatura donde encontró su verdadera voz. Sus novelas y relatos exploran las sombras del sueño americano, donde los marginados, los perdedores y los desesperados intentan aferrarse a una esperanza que siempre parece desvanecerse. Su estilo conciso y sin florituras enfatiza la brutalidad de sus historias y la crudeza de sus personajes, su estilo y sus historias influenciaron posteriormente a escritores del realismo sucio y del noir existencialista.
Su novela de referencia fue sin duda ¿Acaso no matan a los caballos? es la obra que mejor encapsula su estilo y visión del mundo. Situada en la época de la Gran Depresión, la novela sigue la historia de un grupo de personas que participan en una maratón de baile con la esperanza de ganar un premio en efectivo. Pero lo que comienza como una competencia física se convierte en una prueba de resistencia emocional y psicológica, donde la miseria y el nihilismo se imponen a cualquier ilusión de éxito. La estructura narrativa, en forma de un testimonio judicial, refuerza la sensación de fatalismo que domina el relato. La adaptación cinematográfica de 1969, dirigida por Sydney Pollack y protagonizada por Jane Fonda, capturó el tono desesperado de la obra, consolidando su impacto cultural.
Además de esta novela, McCoy escribió otros títulos que reflejan su visión pesimista de la sociedad. Di adiós al mañana (Kiss Tomorrow Goodbye, 1948) narra la historia de un criminal inteligente y despiadado que desafía el sistema, exponiendo la corrupción tanto de la justicia como del propio individuo. Fue llevada al cine en 1950 con James Cagney en el papel principal. Otra de sus novelas destacadas, Los sudarios no tienen bolsillos (No Pockets in a Shroud, 1937), sigue la lucha de un periodista contra los poderes establecidos, explorando el choque entre la integridad y la manipulación de la verdad.
Su obra y su estilo ha perdurado en el tiempo, convirtiéndose en una figura imprescindible dentro de los clásicos de la novela negra y de la literatura existencialista americana. McCoy siempre nos recuerda que no todos los finales pueden ser felices y que el ser humano siempre danza en el fino cable que representa la vida.
Por todo ello ya tenéis un baúl donde buscar, y como siempre os decimos leed, leed malditos.
©Artículo: Beckett & Hawk, 2025.
Visitas: 25