Fin de función
INÉS MUÑOZ AGUIRRE|
Se mira al espejo. Sostiene el lápiz en su mano. Se pinta las cejas con un borde grueso. Dibuja en blanco un óvalo alrededor de sus ojos marrones, lo rellena. El detalle final lo conforma el trazado de una cruz. Los labios quedan en un rojo encendido como contraste. Sonríe. Un sombrero de múltiples colores, bordeado de cascabeles le cubre la cabeza. Se pone en pie. Alguien le grita que debe salir a escena. Recoge del tocador un puñado de caramelos que guarda en el bolsillo de su amplio y brillante traje de payaso. Lo reciben con vítores y aplausos. La función es divertida. Ríen a carcajadas de sus travesuras. Celebran sus chistes. Al finalizar reparte gustoso los caramelos. Comienza el proceso a la inversa, se desviste, lava su cara. Enciende la radio. Es un hombrecillo de rostro malévolo. Se frota las manos. Espera ansioso las noticias. Un niño del público morirá víctima de un caramelo envenenado.
Texto © Inés Muñoz Aguirre- Todos los derechos reservados
Publicación © Solo Novela Negra – Todos los derechos reservados
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