Fidelidad
GRAZIELLA MORENO GRAUPERA
-Quiero un trabajo profesional. Me han dicho que eres la mejor- concluyó con una sonrisa que no llegó a sus ojos azul turquesa.
Respondí con una inclinación de cabeza. Hace tiempo que los halagos no me afectan. Sé quien soy y para qué me pagan.
El encargo era liquidar al cabrón de su compatriota, ese ruso que había tenido el mal gusto de construir una monstruosidad de tres plantas justo delante de su casa, tapándole las vistas sobre la playa y el mar. Lo había intentado todo: buenas maneras, dinero, amenazas veladas. Pensó en denunciarlo al ayuntamiento, pero se frenó a tiempo. Estaba segura de que su vecino había untado a todo el consistorio. Ella hubiese hecho lo mismo en su caso.
Así que pedí el doble de mi tarifa habitual, la mitad al recibir el encargo y el resto cuando cumpliese. Pagó sin rechistar. En billetes de quinientos euros, como tiene que ser, sacados del cajón de una mesa del comedor. Me arrepentí de no haber pedido el triple.
-Y además- añadió- creo que entre mujeres nos entendemos bien, ¿no crees?- me dirigió una sonrisita cómplice.
De nuevo permanecí en silencio. Tal y como hice esa noche cuando volví para meterle una bala entre sus ojos azul turquesa. Lástima que la pólvora no haga juego con ellos. Y tras vaciar el cajón de la mesa y coger algunas joyas, me fui a casa, a la monstruosidad de tres plantas en la que vive mi jefe, ese ruso cabrón.
Y es que los sicarios somos fieles por naturaleza.
Graziella Moreno Graupera (Barcelona, 1965) es Juez y escritora. Licenciada en Derecho por la Universidad de Barcelona, trabaja en la Administración de Justicia desde 1991 y en 2002 ingresó en la carrera judicial. Actualmente es juez en un juzgado de lo Penal de Barcelona.
Ha publicado Flor seca (Alrevés, 2017), El bosque de los inocentes (Grijalbo, 2016) y Juegos de maldad (Grijalbo, 2015).
Texto © Graziella Moreno Graupera – Todos los derechos reservados
Publicación © Solo Novela Negra – Todos los derechos reservados
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