Entrevista a Susana Hernández
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Pilar García | Granada
Escribe relato, poesía, novela, teatro. Ha sido crítica musical y comentarista de deportes. Imparte talleres literarios. Puede que la Integración Social y la Psicología la hayan llevado a implicarse en temas, tan delicados y dramáticos, como la trata de menores, o el abuso a personas con discapacidad. Mujer sobradamente preparada, los que la conocen destacan su sentido del humor.
Damos las gracias a Susana Hernández, con la que esperamos coincidir en algún evento noir algún día, por esta magnífica entrevista.
Estudió Imagen y Sonido e Integración Social. Actualmente compagina estudios de Investigación Privada y de Psicología en la Universidad de Barcelona. Ha colaborado en varios medios de comunicación escritos, ejerciendo como crítico musical y redactora de deportes, así como en medios radiofónicos. Entre 1995 y 2007 trabajó como locutora en Radio Canet. He publicado la novelas: La Casa Roja (Premio Ciudad de Sant Adrián 2005), La puta que leía a Jack Kerouac (Lesrain 2007) y Curvas Peligrosas (Odisea Editorial 2010) y “Contra las cuerdas (Alrevés Editorial 2012) , segunda novela de la serie de las subinspectoras Santana y Vázquez que se inició con Curvas peligrosas. Curvas peligrosas ha sido considerada una de las tres mejores novelas negras publicadas en 2010. La protagonista de la serie, Rebeca Santana ganó a finales de 2012 el premio LeeMisterio al mejor personaje femenino de novela negra y policial. Contra las cuerdas fue finalista a la mejor novela en el festival Valencia Negra 2013. La puta que leía a Jack Kerouac ha sido reeditada en ebook en la primavera de 2012 (LcLibros, 2012) . En 2013 se ha reeditado La casa roja (Lclibros, 2013) y ha participado en el libro colectivo Elles també maten (Llibres del Delicte, 2013) coordinado por Anna Maria Villalonga y en la antología Fundido en negro (Alrevés Editorial, 2014) coordinada por Inmaculada Pertusa.
¿Cuándo supiste que querías dedicarte a escribir?
Lo he sabido siempre. Desde pequeña quise escribir. Es lo que más me gusta hacer.
Lo mejor y lo peor de ser escritor
Lo mejor, la escritura en sí, sin duda. El placer de crear historias, de buscar la palabra adecuada. Eso no tiene igual. Lo peor, ciertas cosas del mundo editorial.
¿Qué autor o autores han marcado tu recorrido literario?
Depende de la época. A los veinte leía unos autores, a los treinta otros. En el instituto me enganché a Pío Baroja, a Martín Santos y eso me llevó a Sartre, a Kundera y a Marsé. He tenido épocas de devorar a los clásicos, sobre todo a los rusos y a los franceses: Dostoyewski, Tolstoi, Zola, Balzac, Flaubert, también a Wilde. Leí con fervor a la generación beat sobre todo a Kerouac, a Burroghs y a Allen Ginsgebrg y realismos sucio americano Carver y Bukowski y más tarde me fascinaron Marguerite Duras, Anaïs Nin, Sallinger, Fiztgerald, Sam Sheppard y he leído género negro desde siempre, de William Irish o Margerite Miller a Montalbán o González Ledesma pasando por Agatha Christie, Conan Doyle, Simenon, Highsmith, Mankell, Lehanne, Connolly, Ruth Rendell, etc. Todos, de algún modo, me han marcado. Ahora bien, sí he aprendido algo de ellos, ya no lo sé. Ojalá.
¿Qué te llevó a decantarte por el género negro?
El género negro siempre me ha fascinado como lectora, pero tenía mis dudas de si sería capaz de escribirlo. Empecé escribiendo narrativa, hasta que me lancé y escribí “Curvas peligrosas”.
Aparte de Noir, escribes…
Ahora mismo teatro y alguna cosilla que se escapa del género pero que aun no está termninada. En otras épocas he escrito mucha poesía y algunos guiones de corto.
Algún libro que haya marcado tu infancia/adolescencia y por qué
“Mecanoscrit del segon origen” (“Mecanoscrito del segundo origen”) de Pedrolo. Es un libro de inicación de una grandísima belleza. Fue el libro clave en el paso de la infancia a la adolescencia.
¿Cómo surgen las ideas para tus novelas?
Eso es un misterio. Las ideas surgen, pero nunca sé cómo o dónde vendrán. Eso sí, que te pillen trabjando. Siempre.
¿A qué dedicas tu tiempo libre?
Me has recordado a una canción de José Luis Perales jajaja. Pues sobre todo a disfrutar de la vida, que esto son cuatro días y pasan volando. Me gusta ver series, leer, ir al cine, la música, salir a comer, viajar todo lo que pueda, el fútbol, cocinar.
Qué crees que movería el mundo hacia la justicia social.
Es una pregunta compleja. Desde luego, harían falta cambios muy profundos a todos los niveles para alcanzar algo remotamente parecido a la justicia social. Para empezar un reparto equitativo de los recursos naturales, solidaridad entre los países, tolerancia cero a la corrupción política y financiera, políticas sociales igualitarias y muchas otras cosas que viendo el mundo en el que vivimos se antojan francamente díficiles de lograr.
Un buen hombre del siglo XXI
No se me ocurre.
Un malvado del siglo XXI
Malvado no sé, peligroso sí: Donald Trump.
Hoy cualquiera se hace llamar escritor, ¿estamos prostituyendo el oficio?
Bueno, supongo que te refieres a los autores mediáticos. En la mayoría de casos ni siquiera escriben los libros que publican, se limitan a estampar la firma y a poner su imagen al servicio de la promoción y además acceden a premios muy cuantiosos que están casi vetados a la inmensa mayoría de los esctritores. Esto genera malestar en el gremio, es normal. Por su parte, las editoriales aprovechan esa coyuntura para ganar dinero fácil. Esta situación es un simple reflejo de la sociedad en la que vivimos, donde es más importante salir en la tele, haciendo lo que sea, que forjarse una trayectoría sólida. Nadie conoce a los escritores, pero todo el mundo conoce a los que aparecen en Gran Hermano, al menos durante un tiempo. Es una gloria efímera, claro. Fama efímera, libros efímeros que apenas perduran en el recuerdo. Es lo que tenemos. Fast food elevado al máximo exponente.
Qué te gusta leer
Me estoy volviendo bastante exigente, rarita diría yo. Me cuesta mucho encontrar novelas que de verdad me impacten.
¿Dónde te sientes más cómodo trabajando?
En casa. En mi despacho. No soy de ir a escribir a bares ni cosas así. Me distraigo con el vuelo de una mosca.
Qué ingredientes ha de tener una buena novela Noir para ti
Le pido tensión narrativa, personajes bien construidos, buenos diálogos, tramas trabajadas y que me mantenga enganchada. Lo de la crítica social en el noir es relativo. Es un elemento que muchas veces ya viene de serie, con los temas tratados y la propia mirada del autor, pero no es obigatorio. No soy partidaria de utilizar la ficción a modo de panfleto, pero sí es importante poner el foco en los temas más espinosos, eso me parece estimulante y necesario. Me hace mucha gracia que se diga que el hard-boild contiene crítica social cuando es la novela más machista, fascista y homófoba que se ha escrito jamás.
¿Cómo explicarías la violencia de los seres humanos?
Es algo intrínseco en la especie. No hay que olvidar que somos animales.
¿Concibes la novela negra como la literatura comprometida actual?
Lo que convierte una novela en negra es la mirada del autor, si esa mirada es mordaz, si tiene una visión crítica de la sociedad, eso calará en la historia de manera natural. Es evidente que la novela negra aborda temas turbios y es imprescindible poner ciertas cosas sobre la mesa. Por otro lado, en tiempos como los que corren muchos lectores se conforman con pasar un rato entretenido y tratar de averiguar quién es el asesino, sin más. Quieren evadirse. Igual no necesitan que les recuerden constantemente lo mal que estamos. Creo que hay que encontrar un punto intermedio entre la crítica social y el entretenimiento. Se puede hacer literatura comprometida y de entretenimiento al mismo tiempo.
En pleno siglo XXI es obvia la evolución del hombre, pero ¿y la involución?
También es obvia, me temo. No hay más que echar un vistazo al periódico.
¿Qué es para ti más Negra la ficción o la realidad?
Van de la mano. La ficción bebe de la realidad. Siempre ha sido así. El arte en general, y la literatura en particular es un reflejo de la sociedad del momento.
Dicen que todos somos un asesino en potencia, ¿qué crees que puede llevar a un hombre a asesinar?
Supongo que va en función de las prioridades de cada uno. Las motivaciones al final son bastante predecibles: codicia, ambición, celos, venganza, instinto de supervivencia etc. Emociones muy básicas, muy primarias. No creo que haya mucho más. Basta que lo primordial corra serio peligro par activar ese clic que puede hacer que cualquiera cruce la línea.
El proceso de documentación más complicado que recuerdas
Es uno en el que estoy inmersa, así que no te puedo contar mucho. La verdad es que me gusta documentarme, más por la curiosidad que por el aprovechamiento que luego haga de la información. Una cosa me lleva a la otra y me fascina todo lo que voy descubriendo, aunque luego utilice en la novela el 5% de lo que he leído.
Qué parte del proceso de creación de la novela disfrutas más.
Yo disfruto a partir del segundo o tercer borrador, que es cuando voy puliendo, dando forma, cuando empiezo a ver que aquello que se esbozaba en mi mente va tomando forma de verdad.
¿Cuál es la mayor dificultad que has encontrado en tu camino literario?
No me puedo quejar. Esta es una profesión incierta, que consiste en trabajar mucho y cruzar los dedos para que a alguien le interese lo que escribes. Nunca sabes muy bien lo que pasará. Las dificultades forman parte del camino.
La mejor novela que has leído últimamente y por qué.
Patria de Fernando Aranburu. Me parece una novela inconmensurable, por lo que cuenta y por como lo cuenta.
En tu opinión, que ha aportado y aporta la mujer al género negro.
Vaya por delante que me interesan mucho más las novelas que quienes las escriben. Leo indistintamente a hombres o mujeres, de aquí o de allí, me da igual. Lo que pido es que los libros me emocionen, me asqueen, me golpeen, me enganchen, me exciten, me hagan sentir algo. Para leer sin sentir, me compro el Hola, pero es cierto que en general, las mujeres aportan una mirada de más profundidad piscológica, es menos importante la acción y más relevante el subtexto, y esa intensidad emocional me interesa. No es exclusiva de las mujeres, pero se da más a menudo. En ese sentido adoro a Rendell y a Highsmith, capaces de ir hasta el tuétano de los personajes. Todavía hay quién cree que el género negro consiste en un tipo duro con sombrero, que bebe whisky y dispara a la menor ocasión y eso a mí me aburre soberanamente. En estos momentos hay un puñado de autoras muy potentes, que aportan una mirada revitalizadora del género.
Te parece significativo que haya solo una comisaria de Festivales negros en España. ¿A que crees que es debido?
Por supuesto que es significativo. Muy significativo, diría yo. El círculo de poder está en manos de los hombres. Siempre ha sido así, y así sigue siendo. Habrá que cambiar esa dinámica, pero no será sencillo.
El mundo Noir ¿Es un mundo mayoritariamente de hombres?
Sí, obviamente. Por poner un ejemplo, nadie osa criticar a Connan Doyle, pero hay barra libre para denostar a Agatha Christie a pesar de que sus novelas son las más vendidas y traducidas de la historia solamente por detrás de las obras de Shakespeare y de la biblia. Siguen habiendo muchos prejuicios hacia las novelas negras escritas por mujeres. Muchos hombres que solamente leen novelas escritas por hombres. Ya sabes cuantas mujeres ha ganado el Hammett, ¿no? Pue eso, una en casi cuarenta años. Sobran las palabras.
¿Crees que la “institualización” de los festivales noir está mermando la libertad en las programaciones?
No lo sé. He conocido gente que se deja el alma para montar un festival con cuatro duros y encima les sale un primor de evento, como los organizadores de “Cubelles noir” o “Vilanoir”, festivales pequeños que cuidan mucho a los autores y ofrecen calidad. Lo que está claro es que los festivales, grandes, perqueños y medianos, son oportunidades maravillosas de dar a conocer el género y debemos cuidarlos o acabaremos muriendo de éxito.
¿Alguna asignatura pendiente?
Un montón, en todos los sentidos. A nivel personal y profesional, pero todavía queda tiempo y yo siempre creo que lo mejor está por llegar.
Si no hubieses sido escritor te hubiese gustado ser…
Tenista profesional, pero me falta envergadura jajaja. Supongo que habría seguido trabajando en radio y medios de comunicación, algo que también me apasiona.
Hablemos un poco de tus últimas novelas, en Curvas peligrosas, escribes acerca de un asesino que mata a mujeres con discapacidad, En Cuentas pendientes acerca de la trata de menores ¿han tenido algo que ver estos temas con tu faceta de Integradora Social.
Sí, sin duda. En especial en Curvas peligrosas creo que esa faceta relacionada con mi formación social es más evidente tanto por la trama en sí como por los temas que se tratan y el tono más reivindicativo. Aunque esa preocupación está presente en las tres novelas. En la segunda,“Contra las cuerdas”, el tema central es la violencia sexual contra las mujeres.
¿Cómo nacieron los personajes de Santana y Vázquez?
Es una pregunta complicada, o al menos la respuesta lo es. Empecé con la novela en 2005 y la acabé en 2010, aunque por medio escribí y publiqué otras cosas. Era “La novela”, esa que nunca acabas, que te va dando vueltas por la cabeza, que a ratos la odias y que por temporadas la dejas abandonada. Eso quiere decir que tuve mucho tiempo para ver crecer a los personajes. Quería escribir una novela policíaca y tenía claro que eso pasaba por encontrar un personaje potente. Santana se fue forjando poco a poco, por detalles, por los libros de Marsé, por trozos de canciones. Al contrario de lo que la gente suele creer, Santana tiene poco que ver conmigo, por lo menos en cuanto a historia vital, entorno, infancia, etc. y eso es lo divertido de crear personajes. Miriam Vázquez surgió por oposición de fuerzas, para equilibrar la balanza. No me apetecía centrar todo el interés en un personaje, y necesitaba otro personaje fuerte, y así nació Vázquez, que cada vez que abre la boca sube el pan, y que aun es más distinta a mí.
La saga de las Ces, Curvas peligrosas, Contra las cuerdas, Cuentas pendientes, ¿Crees en las casualidades?
Jajaja. Lo de las Ces se ha convertido en una cuestión recurrente. No te puedes imaginar la cantidad de veces que me lo preguntaron durante la gira de presentación de Cuentas pendientes. No hay una razón oculta, de verdad. Las dos primeras veces fue casual, y la tercera pensé que era perfecto porque la novela no se podía llamar de otra forma que Cuentas pendientes y además era con c.
El 18 de Marzo se estrenó tu segunda obra de microteatro en Barcelona, La prueba, la primera fue El ascensor, que aún sigue interpretándose y que ha sido adaptada a cortometraje. ¿Qué te atrae del teatro?
Es una forma muy distinta de contar historias, no tiene nada que ver con la narrativa, y eso en cierta forma, me libera. Para mí los diálogos tienen una importancia básica y el teatro no deja de ser una oportunidad maravillosa de contar historias a través del diálogo. Es perfecto para mí, pero estoy empezando con la dramaturgia Me queda mucho por aprender.
Recomiéndanos tu última novela
Mi última novela hasta la fecha es “Cuentas pendientes”, la tercera entrega de la serie de la subinspectora Rebeca Santana. Es una novela que me ha dado muchas alegrías, nominada a muchos premios y ganadora de “Cubelles noir 2016”. Es bastante intensa. Gira en torno a un tema delicado como es de la trata de menores y a la vez tiene otras subtramas tanto de la vida personal de Santana y su compañera la subinspectora Miriam Vázquez, como de otros asuntos pendientes del pasado, de ahí el título. Se puede leer perfectamente sin haber leído las novelas anteriores.
Tus próximos proyectos…
En otoño publicaré mi primera novela en catalán. Tengo cosillas de teatro en camino, y otra novela que espero que vea la luz durante el año que viene.
© Pilar Garcia, 2017.
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