El público de Pamplona negra: Urbano y Ana por Miguel Izu
Miguel Izu. Pamplona. 23-1-2022
La octava edición del festival Pamplona Negra, bajo la siempre solvente dirección de Susana Rodríguez Lezaun, se ha celebrado entre los días 17 y 22 de enero de 2022 volviendo a su acostumbrada cita invernal después de la anómala y pandémica edición de 2021, que tuvo lugar en el mes de mayo. Entre el numeroso público que participó en sus variadas actividades nos encontramos, un año más, con Urbano Colmenero y Ana Pilar Cuenca, una pareja muy bien conocida y muy apreciada por los aficionados al género negro ya que son visitantes asiduos de los festivales que se celebran por toda la geografía española. Vecinos de la localidad albaceteña de Almansa, dedican buena parte del tiempo y de la libertad que les ha otorgado la jubilación (él, de su oficio de diseñador gráfico, ella, de su profesión de maestra de primaria) a su afición por la lectura y a un peculiar tipo de turismo, el de la novela negra. Urbano, además, suele escribir unas originales crónicas de los festivales que visitan y no menos divertidas reseñas de algunas de las obras que le llaman la atención, bien en las redes sociales, bien en su blog, Sureste Blues, y también ha hecho pinitos como escritor de género negro, ganó en 2019 el certamen internacional de relatos de Bruma Negra. Nadie más cualificado que ellos para darnos, desde el público, una visión sobre Pamplona Negra y, de paso, sobre la ruta de los festivales negros. Tuvieron la amabilidad de dejarse interrogar mientras tomábamos un aperitivo en la plaza del Castillo.
- ¿De dónde os viene este vicio por la novela negra? ¿Es de toda la vida?
URBANO. Empecé a leer novela negra con Vázquez Montalbán, Andreu Martín, Juan Madrid, los clásicos de la novela negra española, los leí cuando vivíamos en Cataluña. Luego la dejé y pasé a la ciencia ficción, que también he leído muchísima, pero me empezó a aburrir porque empezaba a sonarme todo, iba por unos derroteros o muy simplones, tipo Guerra de las Galaxias, o bien muy duros, ininteligibles para mí, aptos solo para gente muy avanzada, y retomé la novela negra. Coincidió casi con la jubilación y empecé a interesarme por quién andaba ahora por aquí. Y tras jubilarnos dijimos, «¿por qué no vamos a los festivales?».
- Que coincidió con la avalancha de festivales negros, los últimos diez años.
URBANO. Sí, comenzamos con uno que nos quedaba relativamente cerca, Cartagena Negra, y a partir de ahí…
ANA. Como nos conocimos tan jóvenes, en el colegio, y ya teníamos afición lectora, yo ya era socia de la biblioteca de mi pueblo a los 8 años, hemos compartido las novelas. Siempre hemos leídos cosas similares, incluso una temporada en que Urbano sintió un enorme interés por el cómic yo también lo leía, aunque no me enganché. Pero la novela negra sí la hemos compartido siempre, no tenemos exactamente los mismos gustos, pero sí muy similares, y comentamos novelas y películas. Gracias a las redes sociales en los últimos años hemos conocido a mucha gente fuera de nuestra tierra y nos hemos animado a visitarla.
- ¿A Pamplona vinisteis sin conocer a nadie o teníais ya algún contacto?
ANA. Conocimos a Susana en Plentzia [Bruma Negra], y a Carlos [Bassas] en Cuenca [Las Casas Ahorcadas], el mismo año, y a Maribel Medina en Almoradiel Lee, aunque este no es de novela negra, y como dio esa coincidencia de conocer a tres personas con la referencia de Pamplona, nos decidimos a venir aquí. Este ya es el cuarto año que acudimos, llegamos el último año que dirigió Carlos.
URBANO. Ese año en que Susana mató a Carlos sobre el escenario. Luego solo hemos fallado el año pasado, pensábamos venir, dijimos «así conocemos Pamplona en primavera», pero yo estaba pendiente de una operación y no pudimos.
- ¿Cuál es el mejor festival de novela negra? Bueno, contadme cuáles son vuestros favoritos.
URBANO. Creo que no son comparables, incluso los de similar tamaño son diferentes. De Pamplona yo destaco su minuciosidad, su puntualidad, su orden, su estructura, no falla nada. Me encanta que haya tanto público, es un festival grande, pero no se diluye el ambiente como en otros, no son tantos días ni tantos espacios como en algunos. Cada festival tiene su idiosincrasia, sobre todo los pequeños. Por ejemplo, Plentzia tiene a Juan Mari [Barasorda], que nos trata muy bien y nos lleva a cenar a todos juntos, es como en Pamplona, que la acogida es abrumadora, llegas sin conocer a casi nadie y enseguida eres uno más, te pasean, te invitan a comer, haces amigos. Lo mismo en Villanúa [VillaNoir] con Ricardo [Bosque], que también conocimos en Plentzia, es una cosa pequeña pero muy agradable…
ANA. Y te caen unas nevadas impresionantes.
URBANO. Cartagena también, con Antonio Parra, el encanto del puerto…
ANA. Yo sí tengo claro cuál es mi favorito. Pamplona Negra me gusta por ese elenco de participantes, tan bien seleccionado, tan variado, alterna figuras muy conocidas con nuevos valores, eso es muy interesante, con un toque internacional, actividades como música, cine, y sobre todo la acogida a los forasteros, tan cálida, nos permite conoceros, nos mete más en el festival. Yo lo pongo en primer lugar; y en segundo lugar, quitando los pequeños que ha mencionado Urbano, tan cálidos y que hay que ver cómo consiguen llevar gente interesante, me gusta Granada Noir, me parece un lugar donde se hace algo similar a Pamplona.
URBANO. Para mí el de Granada también es un festival grande, aunque con menos público que Pamplona, pero con varios lugares muy emblemáticos, como los palacios nazaríes.
ANA. Los lugares son muy interesantes de ver. No sé cómo ha conseguido Jesús [Lens] esos lugares tan bonitos.
URBANO. Y cuando acaban se toma un pincho negro y se hace una especie de jam session en un rincón del bar comentando la película.
ANA. En resumen, te permite algo que también hacéis aquí, conocer a la gente, conocer los sitios, su historia. Curiosamente, en Cuenca, el único que conocemos de nuestra comunidad, aunque ahora también hay en Toledo [Mazapanoir] y Ciudad Real [Mancha Negra], pero son muy recientes, lleva muchos escritores, muy interesantes, pero le cuesta lograr el mismo ambiente…
URBANO. En Cuenca hay una diferencia, como lo organiza un club de lectura, está un poco menos pensado para los que vamos de fuera, te tratan bien pero está más compartimentado.
ANA. También hemos ido a Cubelles Noir, que tiene unas características muy curiosas, es un poco excesivo…
URBANO. Tiene tropecientas mesas redondas, tropecientos escritores, un año conté 60 autores en tres días, hay mesas a todas horas, no pude hacer bien la crónica, entre tanto autor se confundían los datos y puse a autores que al final no habían ido.
ANA. Es en verano, te tomas unos marianitos, es muy divertido, pero luego no te acuerdas de a quién has conocido. Hay tanta gente en cada mesa redonda, hasta cinco, y si falla alguien lo sustituyen, que no haría ninguna falta. Pero es que ahora hay mucho de todo, festivales, revistas, autores, eso quiere decir que hay gente muy preparada, pero que corre el riesgo de diluirse, de pasar desapercibida…
URBANO. Es el mercado, amigo. Hay saturación de todo, como se satura de otros productos, o de profesionales, no sabes qué elegir, no podemos llegar a todo. Es imposible leer todo lo que se publica, es impresionante. Nunca ha sido tan fácil y barato imprimir libros, pero luego el talón de Aquiles es la distribución.
ANA. Al haber tanto, puede haber cosas muy interesantes que pasan desapercibidas, antes había poco, ahora esta explosión, no sabemos dónde estará el término medio. Y con el eterno tema de si se lee poco, o no se lee, no lo sé, no sé si se lee o no, si se lee lo que se tiene que leer. Te pregunto yo a ti.
- Hay mucha gente que lee mucho y mucha otra gente, seguramente la mayoría, que no lee nada o que lee muy poco, lee solo los best sellers de moda, son los «no lectores» que suele decir Carlos Bassas, que solo lee uno o dos libros al año, que se los regalan y los lleva de vacaciones.
ANA. Yo no estoy de acuerdo con eso, de que los best sellers los lean «no lectores», hay gente que lee mucho todo el año pero no sale de ese registro, solo lecturas muy comerciales, las que les recomiendan en la librería.
- Probablemente hay las dos cosas, gente que lee habitualmente literatura muy comercial, y también una masa de gente muy poco lectora que hace subir las cifras de ventas pero solo a unos pocos libros, los típicos best sellers, entre los cuales hay de todo, obras buenas y obras malas. Pero volviendo a lo nuestro, de la edición de este año de Pamplona Negra, ¿qué destacáis?
URBANO. A mí me gustó mucho la mesa de los veteranos, Andreu Martín y Julián Fernández más Carmen J. Nieto, con tres formas muy distintas de concebir la novela negra y un debate muy interesante que luego se prolongó en las redes sociales.
ANA. Una gran cualidad del festival es que hay una gran variedad de autores y formas de escribir. Yo destacaría la tertulia que moderó Susana, con su talento periodístico logró sacar afuera la personalidad de cada una de las escritoras [Antonella Lattanzi, María Oruña y Arantza Portabales], yo solo he leído a Arantza pero me pareció muy interesante. Y me gusta mucho “El crimen a escena”, con novedades y cosas siempre curiosas.
De nuestra conversación, por imperativo cronológico, quedó ausente valorar la recuperada cita gastronómica del último día, en 2021 no se pudo celebrar, que se suele relacionar con el país invitado, este año Italia. El sábado 22 pudimos degustar, compartí mantel con Urbano y Ana, platos inspirados en la saga del comisario Salvo Montalbano, de Andrea Camilleri, una fusión de la cocina siciliana con la cocina navarra: arancinis de cocido al azafrán, caponata de berenjenas, anchoa y papada de cerdo Pío Negro, canelones de capón con salsa demiglacé y, de postre, cannoli de ricota al grapa. Todo regado por vinos de Bodegas Gran Feudo.
Y si la pandemia no dispone otra cosa, ya estamos en la cuenta atrás para Pamplona Negra 2023.
©Entrevista: Miguel Izu, 2022.
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