El muñeco de nieve de Jo Nesbo por Beckett & Hawk
He de empezar diciendo que la novela negra nórdica no me apasiona, por muchos y distintos motivos con los que no pretendo aburrir al personal. Leo a los más imprescindibles como a Henning Mankell o a Maj Sjöwall y Per Wahlöö entre otros. Pero con Jo Nesbo tengo un dilema. A pesar de que es noruego, muy noruego, tiene esos tics que a mi me gustan de escritor anglosajón. Tiene un estilo y una forma de contar las historias que a mí me atrapan. Y aunque no soy un incondicional de su literatura he de decir que no reniego a la hora de ponerme a leer un libro suyo .
“El muñeco de nieve” es el séptimo libro de la saga de Harry Hole y el cuarto que leo de este autor. Y a pesar que siempre tomo mis medidas sanitarias a la hora de empezar un libro, con éste me he sentido cómodo, incluso puedo decir que me lo he pasado bien. Es una historia ante la que siempre acabas sucumbiendo a pesar de los numerosos giros que tiene. Pero eso forma parte de su encanto. El escritor quiere sorprendernos y nos hace llegar a un final donde el mal siempre acaba sucumbiendo frente a la luz que desprende el bien. La nieve siempre se acaba derritiendo ante la insistencia insolente del sol de la justicia y el orden moral.
“El muñeco de nieve” nos habla de esa primera nevada que cae en noviembre en Oslo. La mañana siguiente, al despertarse, un niño no encuentra a su madre en casa. Se le hace raro encontrar su bufanda favorita colgando del cuello de un muñeco de nieve que alguien ha hecho en el jardín. El detective Harry Hole empieza a sospechar que hay un psicópata suelto, desde hace demasiado tiempo, cuando descubre que un alarmante número de madres y esposas han desaparecido en circunstancias similares, tras caer la primera nieve. Nunca antes se ha enfrentado Harry, ni ningún otro policía, a un asesino en serie en suelo noruego. Va a verse obligado a seguir las reglas de un juego macabro que lo pueden llevar al límite de la locura.
Harry Hole, es un buen personaje, tiene un carácter y una personalidad que se complican cada vez más a la justa medida que se oscurecen sus propios problemas personales. Es un duro, un tipo sin escrúpulos pero que ronronea como un gatito cuando está cerca de sus seres más queridos. A pesar de sus vicios es un tipo que nos cae bien y al que deseamos siempre el mayor de los éxitos, porque sabemos que si a él le va bien nosotros nos lo pasaremos bien. Harry es acción, ritmo y velocidad y eso los amantes de la novela negra sabemos agradecerlo, es lo que nos hace sentirnos cómodos a demás de conocer esa versión de la sociedad del bienestar donde todo lo que reluce no es precisamente oro.
Harry en “El muñeco de nieve” tiene su mejor versión, ha sabido crecer a través de la serie, ha sabido madurar literariamente hasta crear un personaje que ya empieza a hacerse un hueco entre los lectores de novela negra. Ya sabéis que desde aquí seguiremos la pista de este policía noruego hecho a imagen y semejanza de su propio autor. Por eso os animo a leerlo, porque ya sabéis que los lectores de novela negra estamos malditos. No podemos parar de leer.
©Reseña: Beckett & Hawk, 2020.
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