El cine negro en la actualidad por Patrick O’Callaghan

Cuando hablamos de cine negro, es imposible no pensar en Humphrey Bogart (o Robert Mitchum) en el papel de Phillip Marlowe o Sam Spade: gabardina y sombrero ladeado, cigarrillo en la boca cuál apéndice natural y un revolver en una mano, mientras que con la otra sujeta un vaso de bourbon. El cine negro al que podemos denominar clásico está repleto de obras maestras como El Halcón Maltes, El Sueño Eterno o El Cartero Siempre Llama Dos Veces (la de 1946, no la de Jack Nicholson), por citar algunas. Pero, ¿cómo ha evolucionado el cine negro hasta nuestros días?

El cine negro evoluciona, como todo, pero no muere. En la actualidad figuran obras maestras que, vistas con perspectiva, poco tienen que ver con las anteriormente citadas. Sin embargo, son películas de este mismo perfil que, si bien distan de sus inicios en blanco y negro, mantienen fresco y actualizado el género en sí mismo, mostrando nuevas facetas y ocultando viejos tópicos.

Con el paso del tiempo vemos obras muy interesantes que mantienen la esencia mediante la idea del detective privado como protagonista, véase Chinatown, de Roman Polanski, si bien el género empieza a cambiar y se amplía el campo de actuación así como su contexto. Como ejemplo podemos observar la obra del director Sydney Lumet, importantísimo director de este género, con películas tan interesantes como Sérpico o Tarde de Perros y, más actual, Antes Que El Diablo Sepa Que Has Muerto. Igualmente merece destacar la obra de Scorsese que se aparta totalmente del tópico con su obra magna Taxi Driver, donde sí mantiene algunas de las características (protagonista solitario y atormentado, la obsesión con una mujer…) pero que dista mucho de la imagen de Sam Spade con la que relacionamos el género. Como podemos observar, el cine negro va cambiando, pero mantiene algunas características intactas.

El género, efectivamente, va evolucionando, pero de vez en cuando encontramos películas que retornan a lo “clásico”, a pesar de ser de fechas posteriores. Como ejemplo, la genial LA Confidencial; o Muerte Entre Las Flores, otra obra maestra de los hermanos Coen, que nos devuelven en cierta forma a un pasado “Bogartiano”.

¿Y en la actualidad? ¿Cómo es el cine negro del siglo XXI? Actualmente el cine negro poco se parece al que podríamos denominar “clásico”, pero no por ello deja de estar exento de calidad. Desaparecen los tópicos del detective, bourbon en mano, para dar paso a un cine más crudo y descarnado pero brillante en su guion y dirección. Véase, a título de ejemplo, películas como Sospechosos Habituales, de Bryan Singer, una obra coral donde desaparece el protagonista único y donde parece que el auténtico protagonista es la trama en sí misma. Esta es una característica muy habitual del actual cine negro: no hay un protagonista central, son en su mayoría películas corales.  En la misma línea podemos ver Reservoir Dogs, de Quentin Tarantino, una película mucho más explícita y violenta, donde de nuevo desaparece el protagonista único, pero que mantiene la idea de la trama con final sorpresa, característica también de la película anteriormente citada. Otro elemento destacable en la obra actual es la agudeza de los guiones. El cine negro como tal, siempre ha gozado de un guión excelente en la mayoría de sus obras, entre otras cosas por la inspiración literaria en que se basan, pero en la actualidad sus guiones se agudizan, rayando en algunos casos la brillantez. En este sentido, a tener en cuenta la obra de Guy Richie y su Lock & Stock, de nuevo película coral, con ausencia de un solo protagonista y una trama perfectamente desarrollada, diálogos brillantes y, por supuesto, final sorprendente. La idea del final sorpresa es una característica que siempre ha estado unido a este género pero que, en las obras más actuales, se presenta como un elemento imprescindible. Otros ejemplos de cine negro actual a tener en cuenta: Pulp Fiction, Cosas Que Hacer En Denver Cuando Has Muerto, Escondidos en Brujas, Layer Cake, Sin City, Drive…

 

Como puede observarse, el cine negro puede evolucionar y cambiar, algunos tópicos desaparecen y los modelos se transforman; las películas de ahora poco se parecen a las de Bogart y ya no tenemos a una Lauren Bacall por la que perder la cabeza. No importa, por mucho que cambien, al final siempre aparece alguien con una pistola humeante en la mano…

 

©Artículo: Patrick O’Callaghan, 2020.

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