Del sentimiento trágico de la vida por Beckett & Hawk
Hay una obra de Unamuno que es apasionante “Del sentimiento trágico de la vida”, después de volver a releerla hay una frase con la que me he quedado. El filósofo dice “»La vida es tragedia, y la tragedia es perpetua lucha, sin victoria ni esperanza de ella; es contradicción”. Y efectivamente la vida conlleva irremediablemente tragedia, la vida es una lucha constante contra nosotros mismos, contra el tiempo, contra nuestro cuerpo, contra el día a día, es una lucha donde no hay honor ni gloria, es un camino incesante que nos lleva al acantilado de la muerte y la eternidad del silencio. La vida es tragedia, porque es vacío, porque no tiene sentido, porque la felicidad es tan efímera como su búsqueda incesante y oscura.
Y la novela negra conlleva mirar esa tragedia que conforma la vida y que habita en el ser humano, escondida en lo más profundo de su alma. Porque la novela negra es trágica, en ella nace el dolor de aquel que pierde su vida en manos de otro, nace de la injusticia cometida contra aquel que no quiere desaparecer. La tragedia nace junto con la propia existencia en una sociedad corrompida, donde el destino del hombre está permanentemente en un equilibrio que puede ser destruido. La novela negra nace de ese sentimiento que alumbra el final y nace del deseo de no morir nunca, de ser eternos, de no desaparecer, de no sentir la pérdida de otro, de recobrar una justicia universal que nos ayude a no sufrir, a no desaparecer, a no dormir ese sueño eterno, como diría el bueno de Chandler. La novela negra nace del propio deseo del lector de mirar la tragedia de la vida con ojos de otro, necesita mirar la vida desde la distancia, mirando el reflejo de lo que representa la vida y la muerte, la novela negra nace del deseo del lector de saberse seguro y saberse vivo.
Casi todos dicen que el detective en la novela negra es el típico borracho, el perdedor, el solitario. ¡¡¡Ignorantes!!! El detective en la novela negra es un héroe trágico, alguien que acepta su destino, su muerte y su destrucción. Es alguien con la suficiente valentía como para mirar a la muerte cara a cara, con esa osadía que solo lo da la locura o la desesperación. El detective es aquel que asume la tragedia que representa la vida, que entiende que su fin se acerca y que se sacrifica para que otros sigan viviendo. Porque como en la tragedia griega el final es irremediablemente triste y conlleva siempre la destrucción del héroe o su locura. Porque sabe que la vida es un juego y que los dados están en manos de un destino caprichoso que juega irremediablemente con el ser del hombre.
La novela negra es en el fondo el deseo de sobrevivir a la muerte, es un conflicto irresoluble entre la muerte y la vida, entre la razón que alumbra lo finito y la fe que busca la inmortalidad. Y el héroe trágico camina por ese sendero sabiendo que cada paso lo acerca más al final, son pasos cargados de miedo y desesperanza. Pero como héroe, como ser condenado, como sabedor de la finitud humana, siempre estará preparado para sacrificarse contra otras fuerzas más oscuras que acechan para arrancar la vida, la paz o la justicia.
©Artículo: Beckett & Hawk, 2021.
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