Broker sin ‘line’ – Reyes #11
BROKER SIN «LINE», por Juan Carlos Arias
La compra de empresas españolas por extranjeras merodean gangas casi siempre. Pero los inversores europeos tienen standards de seriedad y ética. Aunque sonrojan algunos personajes los ‘vendedores’ de humo se agolpan en la piel de toro. Esta es la historia de un listo pillado por Reyes.
Curtido charlatán vende-fármacos nuestro personaje aparece ante serios ejecutivos british recordando días londinenses alojado cual squatter (okupa) y con ganapán de lavaplatos. Así curtió el inglés que en sus madriles vendía como Máster exclusivo de pijos.
El proceso de venta de la empresa representada por el ‘broker’ tenía demasiado humo. Las auditorías eran muy parciales, de difícil creencia, y los viajes a la City del tipo, alto, bien vestido, pañuelito y corbata de seda y zapatos relucientes no impresionaron a nadie de sus interlocutores. Los chistes de lunch tampoco sonrieron ninguna mandíbula.
El mosqueo de los compradores ante aquel cantamañanas exigió un ‘due dilligence’ y Reyes fue el encargado de llevarlo a cabo. Este es un informe que radiografía la empresa y suele pulir verdades que ocultan auditorías o informes online.
Reyes en su informe sobre la empresa y su bróker alucinó. Era casi todo mentira. Los números de su objetivo eran exagerados hasta la hipérbole. La plantilla de 800 era en realidad de casi 100. De la facturación no hablemos. Pleitos mil y conflictos de toda índole ocultaban un marrón que quería traspasarse a un lila.
El reporte de Reyes sobre la cosa no dejaba lugar a dudas. Los compradores al final redujeron su oferta un 75% de precio. Increíblemente los vendedores aceptaron el envite sobre todo cuando salió a la palestra el ‘due dilligence’ de Reyes. El silencio corroboró la verdad del detective. La cosa se trufaba con un broker impagador compulsivo de multas, procesado por alcoholemia al volante que fracturó una farola lo que evitó cárcel. Lo peor fue una orden de alejamiento activa por violencia doméstica. Perdón de género. Aquel tipo, balbuceando, explicó que fue una mala noche sin fin ‘bebido’ por la que pidió perdón y condujo un divorcio antes descarriado.
El ‘madriles’ que analizó Reyes regaló millones de euros por su impericia y ego. El hombre no supo que la compra era atalaya para usar sólo la red comercial de una multinacional que pretendía instalarse en el fructífero mercado español de la salud. El patriotismo del bróker dejó la bandera arriada. ¿Cuántos más hay así?. Reyes se lo pregunta…..
© Texto. Juan Carlos Arias – Todos los derechos reservados
© Publicación. Solo Novela Negra – Todos los derechos reservados
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