Al sur de la novela negra por Beckett & Hawk
Después del contubernio vivido en el premio Planeta y del planificado premio a la tríada casi divina de “Carmen Mola”, más me reafirmo en el papel que quiere realizar esta revista. Ese orgasmo literario que se vivió la noche del 15 de octubre pone al descubierto la falsedad insalvable y enquistada de dicho premio. Un premio que carece de veracidad, que mira una y otra vez, más en lo que puede vender que en la supuesta calidad de la propia obra. Y esa representación teatral, con la monarquía de por medio, tiene un nombre: tragicomedia. Pieza teatral donde siempre hay un lugar para el sarcasmo y la parodia.
Una y otra vez se juega con los cientos de escritores, muchos de ellos noveles, que creen en un juicio justo de su obra, en una valoración equitativa sobre las cualidades literarias que han de regir todo premio. Por eso, yo me reafirmo en aquellos escritores que viven al sur de la novela, y concretando, al sur de la novela negra. Esos escritores que nunca cenarán fastuosamente con políticos, actores famosos, escritores del sistema y demás nombres de un establishment “putrefacto”, como diría Lorca. Escritores que luchan por su libro, que buscan su lugar en este difícil mundo de la literatura, escritores alejados de ese norte frío, elitista y despiadado, que buscan en el sur un lugar mejor donde poder luchar de igual a igual con otros escritores y con otros libros, algunos mejores y otros peores, pero siempre con esa tenacidad que se desprende de aquel que quiere sentirse escritor.
No me siento en contra de que se premie a la Santísima Trinidad “Carmen Mola”, seudónimo que tiene miles de seguidores. No me siento en contra de que miles de seguidores solo lean al ganador del premio Planeta de cada año. Me alegra que alguien en este país pueda leer un libro y no el móvil. Quizás lo que me indigna es que debajo de todo eso solo existe un producto comercial que depende del mercado, quizás lo que me indigna es que se trate de vender un premio como un concurso donde todos tienen las mismas posibilidades, quizás lo que más me indigna es que no existe un tribunal y no existe un juicio, quizás lo que más me indigna es que se engañe y se estafe a cientos de escritores-comparsa que presentan su obra cada año. Porque lo que sí les puedo asegurar, es que no me creo que el libro de Carmen Mola, a tenor de lo leído, sea el mejor libro de los presentados a ese premio. Eso sí que no me lo puedo creer. Porque de lo contrario estaríamos perdidos para siempre.
Por eso, nosotros seguimos poniendo luz en nuevos escritores, en nuevas obras, en gente que se bate en duelo con el mundo editorial, en gente que intenta sacar la cabeza entre tantos intereses. Por eso, en nuestra revista, siempre habrá un lugar para aquellos que lo necesiten. Y es que, a pesar de todo, en el sur se vive mejor. No tendremos las mismas posibilidades, nunca entraremos en listas, prebendas, premios o fiestas glamurosas, pero esperaremos a que los imperios caigan, que la desigualdad desaparezca y que después de esta noche larga pueda salir el sol. Nosotros somos parte de esos escritores del sur, y eso nos da una gran ventaja, esa ventaja que se refleja en nuestra revista. Somos libres, y esa libertad no tiene precio.
Y es que la novela negra también tiene su sur, un lugar donde se puede habitar, no tendremos las mismas oportunidades, pero donde sin duda, si ha de haber alguna revolución, empezará por ahí, donde aún haya luz.
©Artículo: Beckett & Hawk, 2021.
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