Ser escritor por Beckett & Hawk
Ser escritor de novela negra, ser escritor en general, es un arte, una ciencia, una manera de ver, una manera de sentir. Ser escritor es rasgar la tela del universo que nos cubre, es descubrir que las cosas tienen sus palabras atadas a ellas con hilos invisibles, hilos que hay que descifrar. Ser escritor es meter la mano dentro del corazón, y a veces dentro del estómago, y extraer detalles de una historia que tenemos que escribir. Ser escritor es ser bueno y ser malo, es jugar con nuestros personajes como muñecos de trapo, sin importarnos qué opinan ellos y como les gustaría ser.
Ser escritor de novela negra, ser escritor, es descifrar con palabras el mundo que nos rodea, es arañar la costra de piel que todo lo cubre, es buscar para encontrar algo, es contar para sentirnos vivos, es escribir para no morir en la desnuda realidad. Es disfrazar de sentido o de sin sentido aquello que nuestros ojos nos ofrecen, o que otros nos muestran.
Ser escritor de novela negra, ser escritor, es no conformarnos con lo que tenemos, es cambiar las cosas, pensar las cosas, mostrar aquello que merece ser analizado. Es rasgar con un bisturí lo que se oculta detrás de la impresión, es descubrir aquello que es tan evidente que nadie ve. Es luchar contra gigantes convertidos en molinos que nadie quiere ver.
Pero ser escritor de novela negra, ser escritor, es enfrentarse cara a cara con aquello que tememos, transformar historias en palabras que se amontonan en nuestra mente y que se empujan queriendo salir hacia algún sitio. Es rescatar la lucha eterna entre el bien y el mal, es jugar a ser Dioses y castigar a golpe de pluma e indiscriminadamente a personajes que pueblan nuestras historias.
Ser escritor es transformarnos en los ojos que nos leen, es poseer la mente del lector y dejar que ellos nos desnuden con su mirada y que nos juzguen con su deseo de saber más de las cosas que a veces desconocemos de nosotros mismos.
Ser escritor, ser escritor de novela negra, es al fin un sueño que se despierta sin saber por qué, un sueño que la mayoría de veces no tiene premio, y que se tiñe de un sabor amargo. Porque los sueños tienen el dulce encanto de no saberse nunca realizado del todo y que se ocultan siempre entre las historias, las palabras y una hoja en blanco que uno nunca es capaz de rellenar.
Ser escritor….
©Artículo: Beckett & Hawk, 2022.
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