Concurso Homenaje a los clásicos, La espuma del pasado por Txema Arinas
Extracto del relato presentado por Txema Arinas para el Concurso Homenaje a los clásicos
La espuma del pasado
—En efecto, todo sucedió en Nueva Orleans. Incluso me atrevería a afirmar que en esta misma sala de baile donde nos encontramos y que ese día también sonaba el biglemoi al ritmo de Duke Ellington.
—¿Fue aquí donde se celebró la fiesta de cumpleaños en honor a un perro en la que Colin conoció a Chloé?
—Bueno, en esta o en cualquier otra. ¿Importa?
—No, por supuesto que no. De hecho, ni siquiera me importa la historia del millonario con su chica. A mí no me interesa tanto la muerte de su amigo en manos de la policía como el asesinato del filósofo.
—Chick era un tipo extraordinario, y mucho mejor persona que el Boss.
—Ya sabe lo que dicen; la virtud nace de la necesidad de tener que ganarse la vida. ¿Sabía que allí en Francia ganaba menos como ingeniero que los obreros que estaban a su cargo?
—¡Cómo no lo iba a saber! Ya se encargaba el Boss, esto es, el señorito Colin, de recordárselo a todo el mundo cuando llevaba un par de copas de encima: “¿De verdad vais a mataros a trabajar, a estudiar una carrera para ser alguien en la vida? ¡Aquí mi amigo el ingeniero, cinco años de carrera, ganaba menos de la mitad de lo que se llevaban los obreros de su empresa!
—Pedazo cabrón el señorito, como él tenía la vida resuelta se podía permitir el lujo de humillar a los que tenían que ganársela.
—¡Chsss! No se equivoque, amigo, no era como usted insinúa. Es cierto que el Boss… el señorito Colin, contaba con una fortuna suficiente para vivir convenientemente sin trabajar para otros. Pero, eso no le convertía en un desalmado ni mucho menos. Le recuerdo que fue él quien animó a su amigo para que abandonara su trabajo y pudiera así acompañarle en su viaje con todos los gastos pagados. Más aún, fue él quien estuvo pagando los gastos de su adicción hasta el final de sus días.
—¿Cómo se puede tildar de adicción la pasión por la lectura y, muy en especial a los libros de ese filósofo francés, Jean Sol Partre? Es algo surrealista.
—Pues de la misma manera que Colin se refería al cáncer de pulmón de su novia como un nenúfar que se le había instalado en uno de sus pulmones y cuyos gastos del tratamiento acabó por arruinarle del todo.
—Ya veo, un relamido de cojones.
(Continuará)
©Concurso Homenaje a los Clásicos: Txema Arinas para Solo Novela Negra, 2021.
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