Concurso Homenaje a los clásicos, Primera impresión por Antonio Jiménez Bravo de Laguna

Extracto del relato presentado por Antonio Jiménez Bravo de Laguna para el Concurso Homenaje a los clásicos

Primera impresión

 

Salir a la calle era una muestra de coraje y al mismo tiempo algo liberador, aunque nunca tendría el valor de confesar que, en realidad, huía de la atmosfera opresiva de mi oficina, llena de historias oscuras y desgracias a la que acababa de asomarse otro encargo difícil de solucionar. Llovía a chuzos, caminaba protegido por mi vieja gabardina llena de lamparones y un sombrero de fieltro, dando una imagen de hombre desarrapado mientras pensaba en la entrevista tenida la noche anterior.

Unos golpes en la puerta me obligaron a esconder la botella y cuando abrí me encontré con una señora mayor, de pelo cano mal cuidado, gafas de hipermétrope, envuelta en un abrigo barato de paño gris y zapatos deformados por los años y juanetes. Primera impresión: se ha equivocado de puerta. Segunda impresión: desagrado.

La señora preguntó:

 —¿Es usted Pío Silvestre? —Mientras a continuación decía—: Vaya nombrecito para un detective —mientras procedía a entrar y sentarse sin ser invitada.

Tercera impresión: antipática.

Ya frente a frente, fue directa al grano:

—¡Quiere matarme! Necesito que lo evite.

—¿Quién quiere matarla? Y ¿por qué?

—Mi hija. A causa de un odio profundo, salvaje, que no ha parado de aumentar desde que murió su padre. Por ahora no ha pasado de algún que otro golpe, pero terminará haciéndolo y antes de que eso ocurra usted debe actuar.

—¿Cómo pretende que evite un crimen aún no cometido?

—No lo sé. El profesional es usted. —Poniéndose de pie dejó un paquete que contenía una sorprendente cantidad de dinero sobre la mesa y se marchó. Era ahora el guardaespaldas de la señora Trap.

Calado, maldecía mi suerte mientras me dirigía a echar un vistazo a la posible asesina que ocupaba su puesto de cajera en el WalMart. Primera impresión: gordita, dinámica y simpática. Segunda impresión: esta no mata a una mosca. Entré y con la excusa de comprar un paquete de pastillas de menta esperé en la cola mi turno.

—¡Oh, me encantan! —exclamó risueña mientras cobraba.

 

(Continuará)

 

©Concurso Homenaje a los Clásicos: Antonio Jiménez Bravo de Laguna para Solo Novela Negra, 2021.

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