El mal de altura, de la nada al «divinismo» por Beckett & Hawk
Mantener una revista como Solo Novela Negra no es una tarea fácil. No pretendo dar lástima, ni crearme una admiración innecesaria, o atraerme las simpatías del lector. Esta revista necesita muchas horas de trabajo que siempre sacamos de nuestro tiempo libre y siempre a costa de algo. Pero es sin duda un trabajo gratificante y maravilloso, porque trabajamos en algo que amamos, y sobre todo, trabajamos para conseguir que el género negro sea reconocido como un producto literario de calidad, donde las buenas letras y el entretenimiento no estén reñidos.
Solo Novela Negra se ha convertido en la revista digital del género negro número 1 de este país. Y no lo decimos nosotros, lo dicen las estadísticas que manejamos, lo dicen los cientos de lectores que acuden a nuestras páginas, los escritores y los libros que aparecen día sí y día también en nuestra cabecera.
En este trabajo nos encontramos con escritores fantásticos, accesibles, amables, que reconocen la dificultad de sacar cada semana una revista como la nuestra. Escritores que te facilitan la vida y que aportan su colaboración, su tiempo y sus ganas sin esperar ninguna recompensa económica, solo aquella que pueda aportar tener una publicidad como la nuestra. Tenemos en nuestro haber escritores que siempre han respondido, escritores de la talla del maestro Paco Gómez Escribano, Marto Pariente, Manu López Marañón, Claudio Cerdán, Carlos Bassas, Enrique Pérez Balsa, Natalia Gómez Navajas…. entre otros, no quiero dejarme ninguno, es una larga e importante lista.
Pero también nos hemos encontrado con todo lo contrario, el divo, el endiosamiento exacerbado. Todavía recuerdo la primera vez que intentamos entrevistar a Dolores Redondo y nos contestó alguien muy parecido a un representante, el cual nos dijo que la señora estaba muy ocupada con el rodaje de no sé qué película o serie. O cuando a nuestro ínclito Juan Gómez Jurado después de dedicarle alguna de nuestras famosas portadas y no sé cuántas reseñas y horas de nuestro trabajo, no tuvo ni siquiera la delicadeza de perder un segundo de su vida en darnos un escueto, sencillo, humilde… gracias. Un «retuiteo» ya nos hubiera hecho felices.
NO pretendemos que nos estén dando las gracias por algo que nos encanta hacer, ni pretendo que nos rindan pleitesía. Simplemente doy testimonio de la diferencia que hemos encontrado a la hora de acceder a los protagonistas, a los escritores. Y en realidad no lo hacemos por nosotros, lo hacemos por sus lectores, por aquellos que acceden a nuestras páginas para saber cosas de sus ídolos, para darles publicidad y proximidad con su público. Porque la revista siempre piensa en los lectores de la novela negra.
Espero que ese divismo, casposo, barato, no se instale en nuestro género, un género donde nos conocemos todos y donde nos ayudamos todos. O por lo menos deberíamos hacerlo. En realidad, en este país somos una pequeña familia que va creciendo y en la cual todos nos conocemos. Pero como en todas las familias siempre hay quien mira por encima del hombro.
Pero a pesar de todo, nosotros nos debemos a nuestros lectores y seguiremos hablando de novela negra venga de donde venga, y seguiremos intentando hablar con todos los escritores de nuestro género, aunque en algunos casos me duela el estómago y tenga ganas de tirar sus libros a la basura. Como en alguna ocasión he hecho.
©Articulo: Beckett & Hawk, 2021.
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