Réquiem por un muerto por Beckett & Hawk
El viento movía las cortinas blancas. La casa estaba en silencio. Solo se escuchaba el sonido de sus pisadas en la madera. Tenía un hijo en sus entrañas y en la mano una pistola. Estaba asustada y nerviosa. Había regresado a su casa, había regresado para matar a un hombre. La música comenzó a sonar en el gramófono.
Entró en la habitación. Olía a alcohol y a sudor. El aire era seco y caliente. El hombre dormía echado en la cama. Su sueño era profundo. Una botella de whiskey estaba rota en el suelo. La mujer no podía retener sus lágrimas. La marca de una mano todavía se podía ver en su rostro. No había vuelta atrás. Levantó la pistola apuntó y disparó. No tuvo piedad. En su vientre algo se movió. Nunca más volverás a hacerlo, murmuró.
El calor era insoportable. El viento movía las cortinas que ella algún día cosió. Dejó de llorar.
Y el tiempo pasa como pasa la vida, como pasan los buenos y los malos momentos.
Un grupo de gente miraba hacia los cimientos del primer centro comercial. Algo conmocionaba aquel pequeño pueblo. Habían encontrado enterrado el esqueleto de una persona. La policía empujaba a los curiosos. Decían que tenía un agujero de bala en la cabeza. Una mujer anciana se hizo paso a empujones hasta situarse en primera línea. Algunos protestaron. Todos querían ver aquel acontecimiento.
—Lo maté yo —Dijo la anciana.
Algunos rieron. Otros le dijeron que se callara.
— Lo maté yo —Repitió más fuerte. Había cierto orgullo en sus palabras.
Un policía se acercó. La miró fijamente y le pidió que se fuera a su casa.
Ella sonrió de una manera extraña. Miró su reloj. Eran las cinco. Sus nietos salían de la escuela. En su cabeza sonó una canción, la misma que sonaba cuando lo mató.
Since I dont have you, de The skyliners.
Pero de eso hace ya mucho, mucho tiempo. Y la vida pasa como pasan los buenos y los malos momentos.
©Relato: Beckett & Hawk, 2021.
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