EL OTRO LADO DEL SILENCIO de Philip Kerr por Beckett & Hawk
Hablar de Philip Kerr es sin duda hablar del genial Bernie Gunther. Bernie es un tipo simpático, cae bien, lleno de peculiaridades que atrapan de una forma absoluta al desprevenido lector que cae en sus redes. A mí, particularmente, me atrapó desde que comencé mi andadura por su trayectoria literaria con “Violetas de marzo”, un libro que me encantó… pero no vengo a hablar de él. Hoy toca EL OTRO LADO DEL SILENCIO del bueno de Kerr y de su personaje fetiche que lo ha sacado a la primera línea de los escritores policíacos. En esta novela nos encontramos a un Bernie más maduro, más relajado y que a mi buen entender ha perdido la magia que contaba cuando era policía en el Berlín del 1936.
Lo primero que sentí al coger la novela es un deseo de que me gustara, que me atrapase en esas historias particulares que rodean siempre al personaje. Por eso me acomodé en mi cama y esperé sumergirme en esa costa azul francesa de 1956. Pero esperé tanto la chispa, la inteligencia, la novedad que me quedé dormido. Al despertarme pensé que era un síntoma muy malo para una novela y para un lector empedernido como yo. Decidí seguir con el libro por pura fidelidad al personaje, por la esperanza de que en algún momento hubiera algo que me ayudara a superar ese vuelo raso que es la mediocridad. Pero creerme si os digo que me ayudaba a dormir mejor que un vaso de leche caliente y una pastilla de alprazolam. Una lástima.
“El otro lado del silencio”nos sitúa en 1956, el ex-detective Bernie Gunther vive en la Riviera francesa. Debería llevar una existencia tranquila, pero eso es algo imposible para él. El pasado de la guerra le alcanza de la mano de un antiguo oficial nazi. Además, ha sido invitado a Villa Mauresque por el célebre escritor William Somerset Maugham, quien está siendo chantajeado y necesita ayuda. Puede que se trate de una cuestión personal. O puede que sea víctima de la batalla que el espionaje está librando en el corazón de Europa.
Pero bueno, yo no he perdido la fe ni he dejado de encenderle velas al bueno de Philip Kerr para que saque de una vez del armario a aquel personaje que conocí en su primer libro. Yo sé que el sabe hacerlo, y que lo hace bien, pero tiene que empezar a buscar a alguien sincero que desde su conocimiento le diga que se está equivocando al escribir cada año una historia insustancial. Bernie Gunther se merece algo más, se merece estar en un libro de calidad, se merece ir superándose. No es por nada, pero creo que sus lectores nos lo merecemos, sus lectores necesitamos esa dosis irónica y genial que a veces nos recordaba al mejor Marlowe.
Pero como yo soy así… leeré su próxima novela, porque en el fondo soy un tipo de fe, alguien que siempre espera que el escritor despierte de ese soporífero círculo donde se ha metido. Pero lo mío es sólo una opinión, y hay tantos libros como opiniones, por eso siempre os digo leed, leed malditos.
©Reseña: Beckett & Hawk, 2020.
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