Davides y Goliats por Alejandro Moreno
Aunque no lo sepamos, desde hace tiempo estamos siendo partícipes de una guerra encubierta, una guerra desigual. Una batalla entre muchos Davides y unos pocos Goliats. Me refiero a la continua lucha que mantienen las pequeñas librerías por seguir en pie frente a gigantes como Amazon o grandes superficies. Una lucha en la que estamos metidos de lleno y en la que disponemos del arma que puede decantar la balanza: nuestro compromiso.
Las librerías de barrio están pasando por un mal momento, a pesar de que cada año se publiquen más más libros. Cada mes cierran varias librerías independientes en España (y posiblemente también en otros países) y parece que no nos importe. Quizás sea consecuencia de la piratería y del hecho de que seamos un país en el que el 40% de sus habitantes no lea ningún libro, nunca. No lo sé, pero no vengo a hablar de los motivos, si no de las consecuencias.
En las últimas semanas, el cierre de una de estas librerías, especializada además en novela negra y criminal, ha sido muy comentado (por lo menos en redes sociales). Estoy hablando de la librería SomNegra de cuyo triste adiós hizo la crónica el jefe en este artículo: Som negra nos deja (https://www.solonovelanegra.es/som-negra-nos-deja-por-beckett-hawk/ ).
La casualidad hizo que durante el pasado mes de octubre lo pasara viajando y en cada uno de esos viajes aprovechara para visitar una librería que tenía en el radar desde hacía tiempo: la comentada Somnegra en Barcelona, Burma en Madrid y La piedra Lunar en Santa Clara (Cuba). En estas tres vistas descubrí algo que no había experimentado demasiado, pero que sabía que existía: comprar un libro debe ser una experiencia más allá de comprar un libro.
Comprar en librerías de barrio debería ser obligatorio para nosotros, para cualquier lector. La relación con tu librería es como la que tienes con la peluquería o la carnicería: te conocen y saben lo que te gusta. No necesitas preguntar e incluso se atreverán a aconsejarte a probar cosas nuevas. Es un negocio, sí, pero los libreros también son lectores como tú y tienen mucho interés en que te gusten los libros que te recomienden para que vuelvas a por otros, sean para ti o para regalar. Ese servicio no te lo suelen dar las grandes superficies, y mucho menos en plataformas como Amazon. Poder compartir impresiones, opiniones, gustos y descubrir nuevas lecturas es lo mejor que te puedes llevar de cualquier librería.
Yo echo de menos esa relación, lo reconozco. No la he tenido nunca y no sé si la podré tener alguna vez. Vivo en Alemania y no creo que pueda llegar a tener un nivel de alemán tan alto como para poder disfrutar de los libros al mismo nivel que lo haría en castellano. Pero me guardo cada visita a España, cada viaje, para poder revivir esa experiencia, aunque sea solo un ratito.
Reconozco que comprar en lugares como Amazon es muy fácil, yo lo hago. Lo haces casi sin darte cuenta. Está muy bien pensado, está pensado así a conciencia. También es sencillo acercarte a un gran almacén a por el último libro de moda y llevártelo en cinco minutos. Todo son facilidades e inmediatez. Lo queremos todo y lo queremos ya. ¿Qué vas a la librería de tu barrio y no tienen el libro que quieres? Te lo pedirán y en pocos días lo tendrás contigo. La excusa de tener que esperar no debería ser tal. Estoy seguro de que puedes esperar un par de días para leerlo ¿Acaso no tienes una pila de pendientes esperándote en casa? (https://alejandromorenosanchez.com/pila-pendientes/ ). Y el pretexto del precio tampoco se sostiene. Si son libros nuevos por ley no pueden ser más baratos, ni en Amazon ni en otro lugar. En muchas de estas grandes superficies los dependientes son eso, dependientes. Te buscarán el libro en el sistema y te lo darán, si lo encuentran. Nada de charlas, nada de consejos, nada de compartir experiencias u opiniones. Una compra fría, una simple transacción económica.
Cada vez quedan menos Davides y los Goliats son cada vez más fuertes. Si no tomamos medidas, si no nos concienciamos, acabaremos comprándolo todo en un único lugar porque no quedarán otros donde acudir, y la falta de opciones son debería ser una opción. Comprometámonos con los libros, no dejemos que desaparezcan más librerías. Apoyémoslas, mantengamos la relación. Recuérdalo cuando estas próximas Navidades vayas a regalar un libro. Cómpralo en la librería de tu barrio, hazte ese favor.
©Artículo: Alejandro Moreno, 2019.
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