Despiértame para verte morir- Reseña
Despiértame para verte morir es el título de la novela de Miguel Aguerralde que reseñamos hoy en Solo Novela Negra
Título
Datos publicación
Editorial Cazador de ratas. Cádiz 2018. 258 págs.
Datos del autor
Miguel Aguerralde (Madrid, 20 de junio de 1978) es escritor de novelas y relatos enmarcados en el género negro y de suspense, a menudo disfrazados con toques de fantasía, romance o ciencia ficción. Gran amante del cine y de la literatura, Aguerralde destaca por su estilo visual y su facilidad para envolver al lector en tramas llenas de misterio en las que resulta imposible no acompañarle hasta el final. Autor de una docena de novelas y varios relatos publicados en antologías colectivas, entre sus obras destacan las policiacas Claro de Luna, Noctámbulo o El fabricante de muñecas, el terror de Caminarán sobre la tierra o Laberinto, y el thriller de suspense Alicia. También ha publicado la novela romántica La chica que oía canciones de Kurt Cobain y más recientemente su primera novela de terror juvenil, Allister Z y el misterio de los esqueletos.
Aunque criado y crecido en Las Palmas de Gran Canaria, actualmente reside en Lanzarote donde compagina la escritura con su trabajo como profesor de Primaria.
Sinopsis de la obra
Richie Santoro terminó sus días en la silla eléctrica jurando venganza contra el abogado que logró su condena. Todos decían que lo que había hecho a esa niña no tenía perdón de Dios.
Han pasado dos años y el entonces abogado Marcus Crane ha dejado de ejercer. Vive atormentado por la crueldad y la inmundicia con la que tuvo que lidiar al hacerse cargo del caso Santoro. Ahora que se cumple la efeméride una ola de crímenes parece cebarse con los amigos y allegados de Crane, obligado a contemplar las imágenes de cada uno de los asesinatos.
Asesinatos que llevan la extraña marca de un viejo conocido… Nunca debió aceptar ese caso. Nunca debió llegar a la obsesión.
Reseña
Venganza
La brutalidad con la que Richie Santoro acabó con la vida de la joven Penny Lane exigía una condena ejemplar, y el fiscal Marcus Crane así lo logró, auxiliado por su equipo y por una presión social que demandaba la pena capital. Todo acabó como debía, con el sádico Santoro electrocutado en la silla eléctrica…, o tal vez no.
Tiempo después, Miguel Aguerralde juega con esa incógnita para amargarle la vida al ya ex fiscal, que se retiró de la vida pública precisamente tras lograr la victoria de su vida. Y ese motor es el que mueve e impulsa una novela ágil que nos descubre cómo el mal puede dejar su impronta en todos aquellos que hayan sido rozados por él.
Crane, después de tanto tiempo, ve que su vida empieza a estar condicionada por los recuerdos, e incluso por unas intuiciones o presciencias que irán amenazando su círculo de amigos, de personas queridas, de aquellos seres que le importan, amigos, miembros de su antiguo equipo, su propia ex esposa. La sombra de Santoro es algo más que un mal recuerdo, y su mano mucho más que alargada.
Aguerralde tensa la cuerda poco a poco, estrecha el círculo en torno al antiguo fiscal y va desempolvando todo el mal que fue capaz de cometer Santoro, o un imitador, porque el lector ha de transitar por toda la narración con esa sospecha en la cabeza, mientras el inspector Devereaux trata de arrojar algo de luz sobre los crímenes que se van produciendo.
Hay que tener paciencia, la que parece faltarle a Crane, para llegar hasta el final de un camino en el que no sabemos quién nos aguarda, porque el mal es contundente pero también es así de caprichoso.
Texto: © Antonio Parra Sanz, 2019.
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