Entrevista a Carlos Augusto Casas

YA NO QUEDAN JUNGLAS A DONDE REGRESAR.

Entrevista al autor del momento Carlos Augusto Casas.

Continúa el camino triunfal de la novela de Carlos Augusto Casas y eso nos da un motivo para charlar con él de su obra, de literatura y de unas cuantas cosas más.

Carlos Augusto Casas (Madrid, 1971). Escritor y periodista, comenzó su carrera en Diario 16, alternando su trabajo en prensa con otros empleos como repartidor de publicidad, ferrallista, o realizando el control de calidad de una compañía aérea haciéndose pasar por un pasajero común.

Después de pasar por la agencia EFE y varios medios locales, ejerció como periodista de investigación para TVE, Antena3, Cuatro y Telecinco. Actualmente compagina el periodismo con la dirección de la colección de novela negra y policiaca Estrella Negra, de la Editorial Cuadernos del Laberinto.

Ha participado en numerosas antologías de relatos de género negro en Ediciones Irreverentes y M.A.R. Editor. Con uno de estos relatos, El Bar de los asesinos, dedicado a Lisboa, obtuvo el XIV Premio Internacional de Relato Sexto Continente, organizado por Radio Exterior de España.


Acaba de recibir el Premio Novelpol, y no es el primero que obtiene con esta novela, ¿cómo se le va quedando el cuerpo con tanto galardón?

Es muy emocionante que te pase esto con la primera novela. Todos los premios son importantes, pero creo que si hay un momento en el que lo son aún más es en los comienzos de cualquier escritor: cuando tienes más dudas e inseguridades. De alguna forma los premios certifican que lo que haces interesa, que tu libro gusta, y ten dan mucho ánimo para seguir.

Ahora en confianza, ¿qué tiene esta novela para que todo el mundo hable de ella?

Cabrones, tiene muchos cabrones. En realidad uno nunca sabe por qué algo gusta. Puede tener intuiciones, pálpitos, pero no seguridades. Creo que la novela tiene de todo, violencia, crítica social, humor, ritmo, personajes. Pero si tuviera que decantarme por algo sería por estos últimos. He tratado conscientemente de no caer en los clichés que se repiten en el género como, por ejemplo, el hecho de que el protagonista sea un anciano de 72 años. Demostrar que se pueden contar historias negras distintas, manteniendo una estructura clásica.

Profesionalmente ha pasado usted por muchos campos, ¿de qué manera terminó recalando en la novela negra?

Fue por culpa de James Ellroy y su “Jazz blanco”. Leí el libro a escondidas durante la universidad porque en aquella época la novela negra estaba considerada como poco intelectual (para algunos aún lo es). Aquel libro me cambió la vida. Desde entonces dejé de engañarme a mí mismo y no leo otra cosa.

Imagino que ya se lo habrán preguntado muchas veces pero, ¿cómo nació este personaje, “El Gentleman”?

JunglasHace un par de años trabajaba cerca de Gran Vía. Todas las mañanas, a eso de las 8:30 salía por la boca de Metro de la calle Montera, en Madrid, y me encontraba con las prostitutas ya trabajando.  Me fijé en que la mayoría de sus clientes, a aquellas horas tan tempranas, eran ancianos. Entrevisté a una de ellas y me contó que la mayoría de estos hombres no pagaban por mantener relaciones. Lo único que querían era hablar con ellas, que una mujer les volviera a prestar atención. Aquello me pareció tan terrible… Unido a la tristeza de estas mujeres que están siendo explotadas delante de miles de personas en pleno centro de Madrid. Y así surgió el Gentleman.

¿Cree que habrá por ahí algún individuo como él? ¿Podría ser que más de uno compartiera su código de conducta?

Seguro que hay muchos como él. Al menos con esa sensación de que la vida les ha ido robando todo. Lo que pasa es que creo que descargan su ira en el bar y luego ya no les quedan ganas de venganza. No se reconoce como debiera el poder terapéutico de los bares. Sin ellos habría habido más revoluciones en España. Son los grandes diques de contención de la indignación.

¿Qué opinión le merece este movimiento reivindicativo que están llevando a cabo los jubilados y pensionistas en España?

Creo que están dando una lección de lo que hay que hacer si queremos cambiar las cosas. A diferencia de otros movimientos, como el del 15M, éste de los jubilados da mucho más miedo a los políticos. Porque los mayores son el sector de la población que más vota. Ellos pueden poner y quitar gobiernos.

Usted es madrileño y en la novela se ha plantado en una zona que, por razones muy diversas, es muy conocida en la ciudad, ¿sigue Madrid conservando suficiente atractivo como escenario de novela negra?

Madrid, como cualquier ciudad grande, es un escenario perfecto para una novela negra. En una ciudad cabe el mundo entero. Donde las desigualdades son más palpables, donde los criminales comparten restaurante con los grandes empresarios. Donde la tristeza viaja en metro y la alegría en limusina. Y Madrid tiene singularidades que la hacen única para ser la protagonista de una novela negra, pero hay que conocerlas.

¿Qué tiene usted contra el gremio de la abogacía?

Una vez me contaron que las ratas son las que hacen que el sistema de alcantarillado funcione. Cuando la basura y los desperdicios obstruyen alguna cañería ellas las roen para abrirse paso, con lo que evitan averías. Se podría decir que son las encargadas del mantenimiento de la red de alcantarillas. Sin ellas el sistema se bloquearía. Perfecto. Son muy útiles, pero eso no significa que te tengan que gustar las ratas. No sé por qué se me ha venido esta idea a la cabeza.

¿Hasta qué punto es importante el humor en esta novela? ¿Y para su autor?

Para mí, una novela tiene que ser como la vida. Y en la vida hay momentos violentos, dramáticos, románticos y divertidos. Por eso creo que es fundamental el humor en mi novela y en mi forma de escribir. Además, sirve para rebajar la tensión que viene aparejada en este tipo de obras. Ayuda a mantener un cierto equilibrio para no abrumar al lector.

¿Y la soledad? ¿Es posible que con tantos medios y tantas redes sociales estemos cada vez más solos?

El otro día leí un chiste en Twitter que decía algo así: “Hoy he visto a un chico sentado en la terraza de una cafetería. Sin móvil, sin tablet, sin ordenador. Solo ahí sentado tomándose un café. Como un psicópata”.

La tecnología nos ha permitido hacer nuestra vida diaria sin tener el más mínimo contacto directo con otro ser humano. Whatsapp, Facebook, Twitter, son mucho más cómodos que mantener una conversación real con alguien. Nos hemos vuelto más huraños y más cómodos. Nuestro ritmo de vida no nos permite pararnos para preocuparnos por los demás. La soledad es el precio que tenemos que pagar.

Se está moviendo mucho por los festivales patrios de novela negra, ¿qué le parece la situación que vive el género en nuestro país?

En cuanto a calidad, número de autores y festivales vivimos un momento espléndido. Algo que no casa con los índices de lectura en España, que son verdaderamente deprimentes.

Sabemos lo que han dicho los críticos de la novela pero, ¿qué le han comentado los compañeros del gremio negro, le han leído?

Pues fueron ellos los primeros en alabar la novela. Y no solo eso, algunos se han convertido en auténticos agentes literarios que la van recomendando por todas partes. Esa también ha sido una parte importante del éxito, el reconocimiento de otros escritores y el boca a boca que ellos iniciaron. Gente como Luis Alberto de Cuenca, Claudio Cerdán, Paco Gómez Escribano, Sebastiá Benassar, Juan Ramón Biedma, por citar solo algunos, han defendido siempre la novela.

¿A qué fuentes literarias le tenemos que agradecer que Carlos Augusto Casas escriba?

Muchas. Desde Hunter S. Thomson, Tom Wolfe, Martin Amis, hasta el citado James Ellroy, pasando por George V. Higgins, Lawrence Block, Julián Ibáñez, Andreu Martín…

¿Qué planes literarios anda urdiendo de cara al futuro inmediato?

Estoy metido de lleno en la segunda novela. Y me lo estoy pasando bomba.

Ya sé que es complicado, dada la difusión que está teniendo la novela, pero, ¿se atrevería a decirle algo a un lector que no le conozca ni sepa nada de la obra?

Léala. Le prometo que no se aburrirá.

Nota de la Redacción:

Antes de publicar esta entrevista de nuestro crítico literario Antonio Parra Sanz, nos llega la noticia: Carlos Augusto Casas que acaba de recibir el IV Premio Ciudad de Santa Cruz (Tenerife Noir). Nuestra mas cordial enhorabuena.

© Antonio Parra Sanz

 

 

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